¿Podrá una máquina sustituir el trato humano?

07-08-2024
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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Que estamos viviendo una verdadera revolución a manos de la inteligencia artificial es una realidad que no necesita demostrarse: vemos el impacto de este desarrollo en cada escenario imaginable, desde medios y creación de contenidos hasta bancos y servicios de salud.

Una de las áreas donde esta tecnología más amenaza con arropar todo, echando a un lado a trabajadores humanos, es la aquella de la hospitalidad, abarcando hoteles, restaurantes y demás establecimientos afines.

Hace mucho que se está dando una sustitución de humanos por máquinas en trabajos que se considerarían repetitivos y monótonos. Un buen ejemplo son las estaciones de peaje y los controles de acceso a plazas comerciales. También lo vemos en aeropuertos, donde personal de asistencia de aerolíneas brilla por su ausencia.

Pasando al área de ventas al por menor o retail, el fenómeno también se está dando entre cajeros, gondoleros y encargados de inventario.

En restaurantes y hoteles, el prospecto de una máquina o un robot recibiendo a los visitantes o, incluso, tomando sus órdenes, es uno que va en aumento.

Aún ni no se trata todavía de una ocurrencia común, la implementación de tecnologías a este nivel no es del todo nueva.

En 2018, por ejemplo, debutó en San Francisco, California, un restaurante de hamburguesas donde todo, desde la toma del pedido hasta la entrega del mismo, era realizado sin presencia humana, incluyendo la confección de la comida.

Igualmente, es importante mencionar que en Asia no es del todo sorprendente encontrar robots haciendo labores de meseros en restaurantes, algo que se explica por un tema cultural y hasta demográfico.

Ahora que la inteligencia artificial es el tema que domina, no debe sorprendernos que una cadena como Taco Bell tenga planes de automatizar, por vía de esta tecnología, la experiencia de auto-servicio o drive-thru, empezando en Estados Unidos.

No se pone en duda que con eta automatización se ahorrarían millones de dólares al año y hasta podría eficientizarse el tema del drive-thru, pero queda la pregunta en el aire de si esto será del agrado de los clientes.

Un problema que tienen las máquinas, los robots y los sistemas automatizados es que están programados para seguir órdenes muy específicas, y eso significa que no necesariamente entienden de modificaciones o de intolerancias alimenticias.

¿Se imaginan haciendo un pedido ajustado a necesidades particulares a uno de estos sistemas? Ya ha ocurrido en restaurantes ultramodernos que un humano tiene que intervenir ante la incapacidad de la máquina entender o aceptar modificaciones.