No en todo se puede creer
Cada cierto tiempo vemos noticias tan extraordinarias que resulta difícil no compartirlas y, en el proceso, viralizarlas.
Ocurrió recientemente con un reactor nuclear que presentó Enron Corporation para el hogar, siendo la idea aquí contar con energía ininterrumpida por 10 años, con posibilidad, incluso, de usarlo en exteriores.
El dispositivo, llamado Enron Egg, hizo acto de presencia en los días en que se hablaba del CES 2025 y, como era de esperarse, fue algo muy comentado dentro y fuera de ese contexto.
Para quienes dan seguimiento al ámbito empresarial internacional, esta noticia posiblemente generó alguna duda y quizás hasta alguna sorpresa, pues Enron dejó de operar en 2007 tras un masivo escándalo que tuvo consecuencias incluso por los predios de la República Dominicana.
La duda ante la veracidad o no de este producto parece aclararse cuando vemos que es el propio CEO de la compañía quien presenta y habla de las bondades del Enron Egg, pero… las apariencias engañan.
Una búsqueda de Enron en Google nos arroja un website con un logo igual al de la infame compañía que llegó a conocerse por sus negocios turbios y finanzas cuestionables, pero hay un problema: se trata de una parodia de Enron que está protegida por la primera enmienda de la constitución estadounidense, según sus términos de servicio.
Entonces, no, Enron Egg no es un producto real. No hay reactores nucleares para el hogar. Y no, los niños no amarán ir de camping ante el prospecto de llevar la sala de estar al mundo exterior y jugar videojuegos bajo las estrellas.
Todo se trata de una broma, una broma tan bien elaborada que es fácil caer si no andamos con cuidado y verificamos todo hasta dar con el origen.
Enron Egg es testimonio de que no se requiere de inteligencia artificial o deepfakes para engañar al público: basta con montar un espectáculo convincente y persuasivo para los fines.
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