Los engaños están a la orden del día
En el mundo hiperconectado de hoy, desafortunadamente, estamos a merced de los hackers.
Ya no importa si se es famoso o un perfecto desconocido: hay hackers diseminados por todo el mundo dispuestos a robar cuentas de redes sociales y de mensajería a cualquier persona, con consecuencias a que a veces ni siquiera sospechamos.
Un ejemplo común y representativo de estos tiempos es el robo de cuentas de WhatsApp. Una persona normal se preguntaría qué se gana con eso, y la respuesta es sencilla: a través de este control se pueden obtener algunos recursos monetarios fácil.
Usualmente se roban las cuentas de WhatsApp para tomar control de la identidad del dueño original y emprender una ola de atracos digitales entre los conocidos de la víctima, pues siempre vienen con una historia triste donde la solución consiste en un depósito de efectivo.
De lo mucho que se ha comentado esto, es posible que ahora mismo luzca tonto caer en esta clase de ganchos, sin embargo, muchos siguen cayendo, por desconocimiento.
Ese tipo de engaños deriva de los famosos emails de millonarios nigerianos que dieron la vuelta al mundo en los 90s. En el centro de todo hay un tema de ingeniería social que emplea juegos psicológicos para lograr la máxima efectividad.
No es solo en WhatsApp que hay intentos de ganar control de la cuenta. En Twitter, YouTube, Facebook e Instagram los casos abundan.
No en vano se recomienda activar la autenticación o verificación en dos pasos en esas plataformas, pues aunque nada es infalible, al menos la pone más difícil al potencial hacker al requerir de códigos o contraseñas que no están -en teoría- a su alcance.
Desafortunadamente, la tecnología es algo muy vulnerable, y no es raro que esos mecanismos de protección presenten fallas que permitan a hackers colarse y salirse con la suya.
Además de activar nuestros mecanismos de seguridad en aparatos y plataformas, es importante mantenernos vigilantes. Cualquier solicitud de amistad fuera de lo común, lo mismo que ofertas no solicitadas, conversaciones atípicas con conocidos y vínculos aparecidos de la nada en correos y demás, debe ser tratada con mucha cautela.
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