Han sido unos días muy agitados para el mercado de las criptomonedas, con fluctuaciones que ponen nervioso al más valiente de los inversionistas y prospectos que apuntan un criptoinvierno. 

Al momento de este escrito, bitcoin, la criptomoneda líder, se sitúa en 20,317.80 dólares. Para cuando se le de lectura a este artículo, es muy posible que la cifra sea muy distinta, ya sea por encima o por debajo de este valor. Después de todo, durante el fin de semana, bitcoin llego a valer menos de 17,700 dólares, y días atrás estaba por encima de 26,000 dólares. 

La volatilidad de bitcoin y las criptomonedas en general no es nada nuevo. Al contrario, podría decirse es una de sus principales características. La diferencia es que ahora, tras alcanzar un pico histórico de casi 69 mil dólares en noviembre 2021, ha estado constantemente a la baja, en especial desde mayo. 

¿Qué es lo que está pasando? No es la primera vez que bitcoin y demás caen estrepitosamente. En el escenario actual, hay una situación macroeconómica compleja a nivel mundial, caracterizada por una considerable inflación y mucha incertidumbre. 

Dadas las condiciones actuales, la Reserva Federal de los Estados Unidos, en un intento por controlar la inflación en ese país, ha subido tres veces el tipo de interés. El último aumento se anunció el 15 de junio, cuando subió 0.75 puntos porcentuales, lo más alto desde 1994. 

No se descartan más aumentos por parte de la Reserva Federal. En efecto, podría verse otro aumento en julio, y esa expectativa mantiene al mercado en general en una situación de cautela, lo que se refleja en despidos, posposición de proyectos, pausas en nuevas contrataciones de personal, y un largo etcétera. Es lo que en inglés le llaman “bear market”. 

Lo curioso del caso con las criptomonedas es que estas se están comportando como lo haría cualquier otro activo del mercado de valores ante esta situación, y esto pone en entredicho el viejo punto de venta de que estos criptoactivos son una buena opción para cubrirnos de la inflación en términos de portafolios de inversión. 

Por supuesto, lo de los tipos de interés y la Reserva Federal es solo parte de la historia. Hay que ver también que ha habido muchas situaciones irregulares a lo interno del mercado de las criptomonedas, y eso también presiona hacia la baja. 

En mayo, por ejemplo, fue noticia el desplome de la stablecoin (moneda estable) Terra y su token Luna. Terra era una moneda algorítmica que no estaba respaldada por nada y que se estabilizaba automáticamente por vía de un código de computadora. El esquema era como una pirámide, y tal como ocurre en estas situaciones, el desplome fue inevitable y espectacular, sobre todo porque el sistema entero estaba basado en la buena fe. 

Con la debacle cripto han salido a la luz muchas debilidades estructurales, y por eso gente como Kevin O’Leary, conocido por ser uno de los inversionistas en Shark Tank, opina que, en el largo plazo, esto que está sucediendo es bueno. Es como una limpieza del sistema que ayudará a que las cosas estén mejor sustentadas y estructuradas. 

La lección que dejan casos como Terra y los despidos que se están viendo en intercambios como Coinbase es que la prudencia es la mejor estrategia al incursionar en proyectos de esta clase