La vagancia humana será nuestro fin
Abundan las historias de ciencia ficción que presentan un futuro donde la humanidad está bajo dominio de robots y otras máquinas cuya inteligencia ha evolucionado más allá de la humana.
Ahora que la inteligencia artificial muestra tantos avances impresionantes, con impacto a cada nivel imaginable, esas historias de hace ya 60, 70 años o más de repente cobran vida y siembran la duda inevitable: ¿y si estos escenarios son una realidad en potencia?
No son pocos los que han dado la voz de alarma ante el implacable avance de la inteligencia artificial y su potencial de salirse de control, destacando personas tan respetadas como el británico Stephen Hawking en este grupo. Por supuesto, aquí también entra el controversial Elon Musk, pero el punto es que se lleva tiempo advirtiendo lo que podría salir mal en esta aventura.
¿Estamos al umbral de cambio paradigmático de roles que podría poner a la humanidad en la ruta hacia la extinción? La respuesta dependerá de a quien se le pregunte, pero, empíricamente hablando, hay indicios de que la humanidad en conjunto está perdiendo -o, más bien, cediendo- sus facultades y capacidades a máquinas, y esto podría ser muy malo.
Las cosas empezaron de manera un tanto inocente: calculadoras que facilitan cálculos matemáticos, dejando a un lado lápiz y papel conjuntamente con el razonamiento de lugar, y máquinas que automatizan trabajos.
Estos avances no son malos por su cuenta, pero es una realidad que han impactado la forma en que nos relacionamos con el mundo y la forma en que razonamos y usamos el cerebro y el intelecto.
La inteligencia artificial está supuesta a ser un complemento, pero es tan buena y competente que no pocos han optado por soltarle todo a esta tecnología para disfrutar de más tiempo libre y trabajar menos.
Es aquí donde yace el error potencial de la humanidad: de seguirse este camino de manera colectiva llegará un momento en que se optará por permitir que todo sea manejado por máquinas e inteligencia artificia, sin intervención o supervisión humana, y ahí habrá ocurrido la inversión de roles.
¿Es deseable este futuro? Está por verse. Es posible que antes de llegar a ese punto, sea el cambio climático lo que nos sentencie a la desaparición.
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