La tecnología también baila al ritmo de la política

07-01-2025
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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Lo queramos o no, la política todo lo permea, y no se trata de un fenómeno exclusivo de países como República Dominicana, donde se respira política todos los días del año.

Como suele ser el caso, el nuestro es un país que aprendió de otros a jugar el juego de la política, aún si el estilo dominicano resulta peculiar y más que aplatanado, pero ese no es el tema central de este escrito.

La política impacta cada industria imaginable, y eso incluye la omnipresente y muy importante tecnología, un conglomerado que abarca desde servicios digitales y soluciones de energía hasta la infaltable inteligencia artificial y las redes sociales.

Así como ocurre con la política, la tecnología todo lo permea, y por ese lado no debe ser sorpresa que esta última baile al ritmo de la primera, solo que lo que está viendo ahora es algo verdaderamente extremo.

Veamos el caso por el lado de las redes sociales; estos recursos inicialmente hicieron acto de presencia presentándose como baluartes de la democracia y la libre expresión.

Durante algún tiempo, las redes sociales cumplieron su rol de dar voz a quienes no la tenían y facilitar una serie de revoluciones y cambios que al día de hoy se han tergiversado y deformado horriblemente.

De una libertad casi absoluta, donde la gente decía lo que quería sin importar quien se ofendía, pasamos a redes fuertemente censuradas por un público “woke” que solo admitía contenidos y cornentarios afines a su manera de pensar.

Fueron los tiempos en que todo era motivo de ofensa e irritación, en que cuentas conservadoras o identificadas con la derecha eran sacadas de circulación para dejar cancha libre a ideologías más extremas de supuesta inclusión y diversidad.

En algún momento, lo que parecía positivo en la superficie se volvió una pesadilla, y hoy, tras la victoria de Trump en Estados Unidos, ese wokeísmo recalcitrante parece ir de salida aceleradamente.

Uno de los primeros en dar indicios de ese cambio de postura fue el Washington Post, que tomó la histórica decisión de no apoyar ningún bando durante las elecciones presidenciales pasadas en ese país.

Hoy, siguiendo con la desbandada woke, viene Mark Zuckerberg, el de Meta, a decir que sus redes serán más abiertas para todos y que se dejará de haxer verificaciones, una tarea cruda que recaía sobre un servicio de terceros.

En pocas palabras, la libre expresión vuelve en grande en este 2025, y en gran parte es un cambio de postura que ha sido impulsado primeramente por Elon musk y afianzado por la victoria de Trump.

¿Significa que las redes volverán a ser tierra de nadie? La realidad es que nunca ha habido control real o efectivo en las redes por la sencilla razón de que no es posible controlar el libre albedrío de la gente.

A lo sumo, las redes pueden controlar el estilo de lenguaje, procurando sancionar por uso de palabras descompuestas o por incitar a la violencia, pero es imposible coartar el pensamiento libre y obligar a la uniformidad de convicciones o valores. Esto es algo que está a la vista desde el primer día.

Como va la cosa, y mientras se siga bailando al son de la política de turno, somos nosotros, los usuarios, quienes tenemos que tomar medidas para preservar nuestra cordura mental y sacar el debido provecho a la tecnología y las circunstancias que nos rodean.