La importancia del sentido común
Vivimos rodeados de engaños, y la tecnología es uno de los grandes propulsores de este fenómeno en la actualidad.
Antes de seguir desarrollando esta idea, es importante recalar que los engaños han existido desde siempre, pero estos, por supuesto, han ido evolucionando según cambian los tiempos, aprovechando circunstancias y avances para hacerse sentir con más efectividad.
La evidencia está a la vista. Antes se timaba a la gente con ofertas irresistibles en la calle, como es el caso del famoso lingote de oro que hizo a muchos caer en un gancho propiciado por una mezcla de ambición e ignorancia. Ahora, sin embargo, la vía más rápida implica mensajería, redes sociales o email.
Dentro de la era digital en que nos encontramos, el phishing -en esencia una pesca de datos con diversos fines- sigue siendo uno de los métodos más efectivos para vaciar las cuentas bancarias de los incautos o, peor, para robarles su identidad.
Se habla mucho de phishing, pero este no es el único peligro al que debemos estar atentos. Hay decenas de formas de engaño que se manifiestan por esos recursos digitales y online que tanto usamos en el día a día, ya sea por la vía de hipervínculos cargados con malware o interacciones con personas que no son quienes dicen ser.
Sí, vivimos tiempos muy truculentos en lo que respecta a nuestra seguridad y privacidad tanto en el entorno online como offline, y la tendencia es a empeorar con cada día que pasa por la sencilla razón de que los avances van muy rápidos y la gente tiene una especialidad en sacar el provecho indebido a estos recursos.
Como no hay seguridad implícita en nada de lo que hacemos en internet, pues las direcciones legítimas pueden cambiarse por versiones maliciosas por vía de spoofing y cualquier clic erróneo puede sonsacarnos toda nuestra información valiosa, se hace más importante que nunca aplicar el sentido común y deja a un lado la impulsividad característica de estos tiempos.
Ni siquiera con una llamada o una videollamada nos podemos confiar demasiado, pues la inteligencia artificial está haciendo estragos a ese nivel al facilitar la suplantación de cualquiera a nivel visual y de voz.
El sentido común suele brillar por su ausencia, pero es importante recalcar que, ahora mismo, representa nuestra mayor salvación ante la oleada de engaños que nos arropa.
Para ilustrar el punto, está el caso del ejecutivo de Ferrari que evitó caer en una trampa masiva al no dejarse llevar por la emoción de la supuesta supernoticia que le compartió su jefe por la vía telefónica.
Resulta que quien llamó era un impostor que aprovechó la inteligencia artificial para hacerse pasar por el jefe del ejecutivo.
Para suerte de este último, y quizás porque no le pareció normal la llamada, hizo una pregunta que solo el jefe podía responder, y así se desbarató el engaño.
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