La gente está muy sensible
Para variar, este artículo no se centrará exclusivamente en tecnología, aunque no deja de estar relacionado.
Este lunes 10 de abril, por enésima vez, fue noticia un tiroteo que tuvo por escenario a Estados Unidos y quedó cuatro víctimas mortales.
De manera específica, el tiroteo fue en un banco (Old National Bank) en Louisville, Kentucky, y el perpetrador fue un joven de 25 años que habría sido despedido de ese banco recientemente.
La primera impresión es la que da pie al título de este artículo: la gente está demasiado sensible, y son varios los casos donde un exempleado, molesto por el trato, va y arremete contra su antiguo empleador, sin reparar en que pagan inocentes en el proceso.
Visto el punto inicial, salen los elementos que siempre se miran, desde la tenencia liberal de armas en Estados Unidos hasta la falta de control efectivo por parte de las autoridades.
¿Cómo se para la violencia por armas de fuego? Es un debate que lleva años, sin que se haya llegado a conclusión alguna. Entre debate y debate, en esa eterna búsqueda del punto de equilibrio entre el derecho a portar armas y el uso responsable de las mismas, las tragedias en suelo estadounidense no cesan.
Un elemento particularmente llamativo en este caso de Louisville es el afán de muchos de estos atacantes de documentar sus acciones, casi siempre aprovechando las facilidades que ofrecen las redes sociales. En este caso, se hizo streaming en vivo de la tragedia a través de Instagram.
Ese es el elemento tecnológico de esta historia, y vale destacar que en más de una ocasión se ha cuestionado el posible rol que juegan estas plataformas en un fenómeno que es cada vez más frecuente en ese país.
En cierto modo podría decirse que las redes, al brindar una facilidad nunca vista de compartir desahogos y nimiedades, ha convertido a la gente en seres excepcionalmente sensibles, capaces de ofenderse por todo.
El ejemplo lo hemos visto hasta la saciedad: en esta época de activismo light y de causas un tanto absurdas, todo resulta ofensivo. A la gente en sobrepeso no se le puede llamar “gorda”. Decir que una persona de color es negra o india es un insulto mayúsculo. El término “mujer” resulta ofensivo a la comunidad trans. Numerosas marcas han tenido que renovar su imagen para evitar acusaciones de discriminación.
Es así como llegamos a un punto donde la gente es tan sensible que no se sabe como reaccionaría ante una adversidad tan común como perder el trabajo. Antaño la gente simplemente se retiraba y buscaba otro empleo. Ahora no, ahora toman represalias, muchas veces con ayuda de las redes sociales.
¿Quién pone el pare? Se involucran estas plataformas en la discusión no por moda ni por capricho, sino porque se entiende que de alguna forma juegan un rol en estos fenómenos.
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