La falsa seguridad online

23-08-2023
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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Vivimos en un mundo donde la gran mayoría de los servicios están digitalizados, donde dependemos de una computadora o móvil con Internet para desenvolvernos y resolver cualquier cosa.

Esta es la época donde el que no tiene una aplicación de mensajería no está en nada, porque la idea de llamar por teléfono no solo resulta anticuada, sino que, para las generaciones más jóvenes, representa un fastidio y una gran inconveniencia.

Igualmente, esta es la época de las redes sociales, de las compras online, de los bots y de la inteligencia artificial acelerada.

El que no tiene una presencia online simplemente no existe en estos tiempos hiperconectados y de aislamiento social, siendo la ventaja de abstenerse de estas modernidades que no se dejan rastros comprometedores que puedan poner en riesgo la identidad misma.

Una de las grandes fallas (o quizás sea por diseño) de la Internet y de este estilo de vida digital y online es que todo lo que hacemos deja un rastro, con el agravante de que interactuamos diariamente con decenas de personas que en realidad no conocemos y que podrían no ser quienes dicen ser.

¿Qué certeza tenemos de que ese contacto que nos habla por WhatsApp o Telegram es realmente nuestro amigo o nuestro compañero de trabajo?

Cada día, en cada plataforma, nos tomamos la atribución de que estamos hablando con nuestros familiares, amigos y allegados, y no siempre es así.

Tanto en redes sociales como en plataformas de mensajería son comunes los robos y hackeos a cuentas, a veces con consecuencias insospechadas para quienes no se han percatado de que la cuenta de X pasó a manos de Y, a quien no conocemos.

Phishing, engaños y otras diabluras se cometen a través de cuentas robadas y hackeadas, por tanto, el tema es delicado.

¿Cómo evitar que nos hackeen o nos roben la cuenta? La recomendación principal es activar todos los mecanismos de seguridad a la mano, sobre todo algo llamado doble verificación, donde se piden claves o contraseñas adicionales para tener acceso a la cuenta cuando se hacen requisitos especiales.

La doble verificación, en teoría, evita que intruso gane acceso a la cuenta, pero, como todo lo que es tecnología, esto ni es perfecto ni es infalible. Este mecanismo, como muchos otros, puede ser vulnerado, como en efecto ocurrió con cuenta de Telegram hace unos días.

Se hace el énfasis con Telegram porque esta aplicación de mensajería tiene fama de ser “muy segura”, y resulta que es un mito, como todo lo que sea seguridad o privacidad en este mundo online y digitalizado.

Lo peor de Telegram, extensivo a todos estos servicios online, es la falta de soporte efectivo al usuario.

Esta es la clase de mundo en el que vivimos, donde no hay garantías de nada y donde nadie da la cara.