¿Futurismo o engaño?

27-11-2024
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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En días recientes ha sido noticia por estos predios la existencia y posterior suspensión de una supuesta empresa dedicada a captar los datos biométricos de voluntarios que accedían a dejarse escanear el iris del ojo a cambio de un módico pago que no pasaba del equivalente a 100 dólares.

Luce como un cuento malo de ciencia ficción, pero se trata de un caso muy real que se estuvo dando aquí, en República Dominicana, ampliamente documentado y reseñado por medios de comunicación y programas especializados en periodismo de investigación.

Por espacio de casi dos meses, según lo que se ha reportado, estuvo ocurriendo esta situación, sin que hasta ahora nadie ofrezca una explicación convincente de cómo llegamos a este punto.

O sea, ¿a quién se le ocurre montar una compañía para captar datos biométricos de ciudadanos de un país? ¿No se supone que para eso hay autoridades designadas y debidamente identificadas en las leyes de cada país?

En el caso de la República Dominicana, existe tal organismo, y se trata de la Junta Central Electoral (JCE), la responsable del custodio del Registro Civil. Este detalle, evidentemente, no le importó a Worldcoin, el proyecto que estuvo haciendo esa recolección sospechosa e ilegítima de datos que, en esencia, son la identidad de cada uno de los que se sometió a ese proceso.

Después de la alarma en los medios, que documentaban cómo la gente se dejaba hacer ese escaneo a cambio de 6,000 pesos dominicanos que ni siquiera se recibían en moneda local, sino en tokens asociados al proyecto intruso (léase, criptomonedas, concepto que mucha gente no maneja fuera de círculos muy específicos), ProConsumidor decidió parar el coche a WorldCoin.

La medida, respaldada por la JCE, organismo que además ordenó borrar la información recolectada, ha sido calificada de ridiculez por algunos dominicanos que se sienten muy a la vanguardia en cuestiones tecnológicas y futuristas.

¿Dónde está el punto que justificaría la recolección de estos datos por parte de Worldcoin? Para entender un poco, es necesario conocer qué motivó la fundación de este proyecto en 2019 por parte de Sam Altman (sí, el mismo de OpenAI), Alex Blania y Max Novendstern.

Según este trío, en un mundo dominado por una inteligencia artificial que se hace cada vez más poderosa y hábil, probar que se es humano será cada vez más difícil, y por eso Worldcoin propone crear una sociedad de humanos con identidad global e ingreso universal donde todos son dueños a partes iguales.

Futurista sin duda esta concepción, y hasta podría decirse que es altruista y noble al contemplar un ingreso universal y una sola identidad global, pero… esto no pasa de ser una quimera o, peor, un engaño.

A la fecha, nadie sabe exactamente qué persigue Worldcoin con esa recolección de datos, y lo cierto es que se le han sacado los pies en numerosas partes del mundo. Quizás lo más alarmante es que este proyecto, en cierto modo, valida el temor de que lleguemos a tener una inteligencia artificial capaz de someter a la humanidad a su dominio y poder.

En lo que se resuelve el caso Worldcoin, queda en el aire la interrogante de cómo se le permitió operar aquí sin que nadie pusiera objeción.