Facebook bajo la lupa
En redes sociales, Facebook es el líder indiscutible: ademؘás de la plataforma de igual nombre, tiene bajo su mando a Instagram, WhatsApp y Messenger. Todas ellas registran más de mil millones de usuarios activos por mes.
Así como lidera en usuarios y visibilidad, Facebook también ocupa las primeras posiciones en falta de seguridad, ética y privacidad. Desafortunadamente, lejos de mejorar, la crisis en estas áreas se hace cada vez mayor.
Cualquiera pensaría que después del escándalo Cambridge Analytica, que explotó en 2018, Facebook haría lo posible por tratar de controlar su ambición y limpiar su imagen. No ha sido así.
Después de Cambridge Analytica, Facebook ha figurado de manera prominente en las noticias por su incapacidad de poner freno a la desinformación que domina en sus redes, especialmente en la homónima. Asimismo, se ha visto cuestionada por la forma sesgada en que ejerce ciertas censuras y por los numerosos fallos de seguridad a lo interno de sus plataformas.
Más recientemente, Facebook ha estado en la mira del congreso estadounidense por conformar un monopolio que, en opinión de algunos, debe desbaratarse para que el mercado sea más competitivo.
De todas las cosas que se acusa a Facebook, la más delicada tiene que ver con el manejo descarado de la data de los usuarios y la flojera a nivel de seguridad y privacidad que prevalece en sus plataformas.
Podría dar la impresión en ocasiones de que se tiene saña contra Facebook, pero lo cierto es que la compañía no hace nada por limpiar su imagen y generar alguna ola de apoyo por parte de sus usuarios.
En las últimas semanas, por ejemplo, se han denunciado algunas cosas muy atroces, entre ellas la existencia de una lista blanca, reservada para 5.6 millones de usuarios “VIP”, que permite pasar por encima a las políticas que restrigen noticias falsas, desinformación y otros contenidos prohibidos en Facebook.
Peor que esto es el documento interno filtrado que da cuenta de que a lo interno de la compañía se tiene conocimiento de cómo Instagram afecta la salud mental de adolescentes que usan esa red social.
De manera particular, llama la atención el dato de en Facebook se sabe que el uso de Instagram empeoraba la percepción corporal en una de cada tres niñas. En vez de tomar acción directa para enfrentar esta situación, la compañía contrató firmas de relaciones públicas que se encargaron de sugerir que es responsabilidad de los padres el uso que se da a estas redes sociales.
Si bien es cierto que los padres deben estar vigilantes, no es menos cierto que Instagram debería ejercer mejores controles sobre temas que tienen la capacidad de afectar la autoestima de grupos tan vulnerables como son los adolescentes. Según reportes, hay subgrupos dentro de la red donde los hashtags incitando al suicidio y los desórdenes alimenticios son comunes.
La situación delicada a lo interno de Instagram ha llevado a Facebook a detener su proyecto de sacar una versión para niños de esta red, orientada a menores de entre 10 y 12 años de edad.
No se llame nadie a engaño: la decisión de Facebook obedece a toda la presión resultante de esos documentos filtrados, no a que sean éticos o que tengan los mejores intereses en mente.
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