El caso de los tuits imprudentes

05-04-2023
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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Uno de los principales problemas con las redes sociales es que cualquiera puede usarlas para externar su opinión, aun sea esta infundada, malintencionada o sesgada. 

A veces estas opiniones, por razones variadas y que no vienen al caso, son amplificadas a más no poder, convirtiéndose en tema tendencia e influenciando gente que quizás jamás pensó verse expuesta a tales situaciones. 

Ese es el poder de las redes sociales, y si bien no siempre funciona de la manera descrita más arriba, hay ocasiones en que sí, con consecuencias y efectos insospechados. 

Dentro del peculiar ámbito de las redes sociales hay personajes que destacan por sus comentarios impulsivos y un tanto burlones, rayando a veces en el troleo.

Cuando esos personajes en cuestión tienen además fama y poder, las cosas toman giros bastante raros, y uno de los mejores ejemplos para ilustrar este punto es Elon Musk, el actual dueño de Twitter. 

De entrada, hay que recordar que la saga Twitter-Musk empezó, justamente, por una serie de tuits que han probado ser muy imprudentes a través del tiempo. 

También fue un tuit lo que llevó a Musk a tener un lío años atrás con la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de los Estados Unidos e inversionistas privados por haber insinuado planes de convertir a Tesla en una compañía privada (al momento de este escrito sigue cotizando en bolsa de valores). 

De tuit en tuit es que Musk se ve envuelto con frecuencia en escándalos y controversias que dejan entrever su naturaleza conflictiva y que ponen en entredicho su capacidad de seguir al mando de las muchas empresas bajo su nombre. 

En ocasiones, la imprudencia de Musk no se limita a simples tuits, sino que adquiere dimensiones aun más alarmantes. 

Es así como llegamos a ver el logo de Twitter sustituido el lunes 3 de abril por aquel de Dogecoin, una criptomoneda “de relajo” que de rato en rato es impulsada por Musk, dejándose caer libremente algún tiempo después. 

Por este jueguito está siendo demandado Musk por un grupo de inversionistas de Dogecoin que sienten ha habido intento de estafa piramidal por el lado del actual dueño de Twitter. Dice mucho que al tiempo que se trata de desestimar la demanda se haga el cambio de logo al Shiba Inu que representa a Dogecoin. 

Musk es el sustituto del expresidente estadounidense Donald Trump en lo que respecta a uso impulsivo e imprudente de Twitter. La pregunta, entonces, es inevitable: ¿pagará las consecuencias al nivel que lo hizo su antecesor?

Muchos de los cambios implementados en Twitter -cambios que gozan de amplio rechazo, dicho sea de paso- han sido tuiteados por Musk. Podría decirse que este es un hombre de palabra, pero aún no cumple con una de sus promesas más controversiales: dejar el cargo de CEO en esa compañía si así lo pedían sus súbditos.