A lo largo de este 2021, y con mayor intensidad en los últimos tres meses, Facebook no ha dejado de la salir en las noticias. 

Cuando no es que se le acusa de prácticas antocompetitivas, la cuestión se va por el lado de la aparente falta de ética e integridad con que se maneja una compañía que hoy se cuenta entre las principales del ámbito tecnológico.

La salida al ruedo de Frances Haugen, la exanalista de datos que ha revelado qué tan tóxico es el ambiente creado por Facebook en esa y otras plataformas bajo el mando de Mark Zuckerberg, hizo a algunos pensar que el fin, quizás, se hallaba cerca. 

¿Sucumbirá Facebook a esta crisis de reputación que lleva años en desarrollo? Nada de eso. Zuckerberg ha demostrado ser un tipo muy listo, y fue así como la semana pasada desplegó una jugada maestra para sacar a Haugen y el resto del tema de los medios. 

Durante la conferencia anual Connect, Zuckerberg hizo énfasis en el “metaverso”, un término acuñado en 1992 por Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción “Snow Crash”.

Según lo planteado en esta novela, el metaverso es un mundo ficticio generado por computadora. Lo que propone Zuckerberg es más o menos lo mismo, solo que más sofisticado en términos de lo que promete y las tecnologías que intervienen allí, entre las que se cuentan realidad aumentada y virtual. 

La visión de Zuckerberg respecto al metaverso luce atractiva y llamativa, pero algunos elementos mueven a preocupación. Uno de estos es que se contempla la posibilidad de comprar bienes virtuales en ese mundo alterno empleando monedas virtuales. 

Es importante recordar que Facebook llegó a presentar una propuesta de criptomoneda, Libra, que causó cierta controversia en su momento. El proyecto existe, pero fue renombrado Diem en un intento por crear distancia con esta compañía, aun cuando se mantiene el apoyo de esta. 

Lo del metaverso en el evento Connect fue llamativo, pero lo que verdaderamente generó expectativas fue el reporte de que Zuckerberg aprovecharía este evento para anunciar un cambio de nombre de a la compañía.

Efectivamente, así ocurrió. Facebook hace mucho que dejó de ser una simple red social, y la muestra de esto es que bajo este nombre operan igualmente Instagram, WhatsApp, Oculus y Messenger. 

Por esto, y con la calculada intención de echar agua al fuego atizado por Haugen, Facebook cambió su identidad corporativa y hoy se llama Meta. 

Entre Meta y el metaverso transcurren desde el pasado 28 de octubre las noticias relacionadas a lo que se llamó Facebook y su fundador, el señor Zuckerberg. Misión cumplida, aun sea en detrimento de los usuarios de sus servicios.