En términos de telecomunicaciones, el pasado fin de semana fue bien movido en las redes sociales dominicanas. Claro Dominicana, la compañía que registra mayor cantidad de usuarios en el territorio nacional, causó un verdadero revuelo con unas políticas referentes a “uso excesivo de la Internet”. 

En las referidas políticas, que además de estar disponibles en claro.com.do fueron publicadas en medios como El Nuevo Diario y notificadas a clientes particulares por la vía de correo electrónico, un dato llamaba poderosamente la atención: el límite de consumo mensual para internet fijo en residencias y pequeñas y medianas empresas (PyMEs) es de 200 gigabytes (GB). Excederse de esta cantidad podría resultar en suspensión del servicio sin previo aviso o en cargos extras. 

200GB es una cantidad de Internet que se consume increíblemente rápido, sobre todo cuando se tienen servicios como Netflix y se convive con niños en edad escolar o, peor, jóvenes universitarios. La reacción del público ante el aviso y el lenguaje empleado no se hizo esperar, convirtiéndose el tema en tendencia la misma noche del viernes 18 de junio.

El sábado por la mañana la indignación prevalecía en Twitter, con numerosos usuarios quejándose de la medida, sobre todo de cara al mal servicio que suele caracterizar -según su propia clientela- a Claro. A lo largo del día, tanto #ClaroRD como #200GB fueron tendencia. A estas luego se les sumó #Indotel luego de que la empresa, a través de un grupo de blogueros de tecnología, informara que el límite real es 2 terabytes (TB) y que la política obedecía a una petición del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) a raíz de un nuevo reglamento cuyos detalles se desconocen. 

Para aumentar la confusión, un tuit del presidente del Indotel, Nelson Arroyo, indicó en la mañana del sábado que pronto Claro estaría aclarando la situación que más adelante se hablaría de los beneficios del reglamento al que hacía referencia la telefónica. 

Al mediodía del sábado, igualmente a través del mismo grupo de blogueros, Claro hizo la aclaración correspondiente: el límite de consumo mensual es 2,000GB, no 200GB, obedeciendo esto a un “error de digitación. 2,000GB equivalen a los 2TB que inicialmente mencionaron los ejecutivos como límite real.

¿Qué pasó aquí? Es curioso cómo los de Claro Dominicana permitieron que un “simple error de digitación” se saliera de las manos. En ningún momento se vio una explicación formal en las cuentas oficiales de la compañía, optándose por distribuir un comunicado a través de terceros. Tampoco se explicó por qué se involucró inicialmente a Indotel en la situación.

Todo este asunto “uso excesivo de Internet”, según se discutió en el fin de semana, obedece al hecho de que hay gente que contrata estos servicios y luego los revende, siendo un ejemplo el avivato que ofrece acceso a Internet a sus vecinos por un cargo que podría ser no solo abusivo, sino ilegal según los términos y condiciones del contrato que se firma con Claro.

Si la motivación de la política fue este tipo de situación, entonces de entrada el tema fue mal manejado, porque se quiso meter a toda la clientela en un mismo saco, generando indignación, confusión e irritación. Esto, y el manejo de la crisis que prosiguió, es un ejemplo de la mala comunicación que Claro y otras compañías y organismos ejercen día tras día.