Bitcoin en El Salvador: aun no se ven sus frutos
Siempre se dijo que era una apuesta arriesgada, pero hay gente que simplemente no se lleva de consejos y le da con todo el pie a ideas que en papeles y en presentaciones lucen muy atractivas.
Esto, más o menos, resume el caso de la adopción de bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador hace ya más de un año, una movida que se hizo acompañar de grandes expectativas y anuncios que aun no se materializan.
Aunque el presidente de esa nación se mantiene desafiante, de manera empírica, según se ve en análisis locales e internacionales, las cosas simplemente no han funcionado como había previsto.
A lo largo de este experimento, cuya inversión se calcula en 375 millones de dólares, bitcoin ha bajado considerablemente de valor. Peor aún, el mundo ha entrado en una crisis generalizada caracterizada por inflación, guerra y escasez de ciertos insumos.
Ante este panorama poco halagüeño, poco o nada sorprende que el experimento de El Salvador, lejos de convertirse en la panacea anunciada, haya generado el aislamiento económico de ese país, el cual encabeza la lista de alto riesgo en lo respecta al pago de la deuda externa.
Es así como la Ciudad Bitcoin, anunciada con mucho entusiasmo hace ya casi un año, se ha quedado en planes, en parte porque no ha habido forma de que los “bonos volcán” previstos para su financiamiento salgan al mercado. Nadie, o casi nadie, ha manifestado interés en ellos.
Claro está, es demasiado temprano para decir que todo este asunto con bitcoin ha sido un fracaso, sobre todo porque las condiciones, podría argumentarse, no han sido favorables. De momento, sin embargo, se ha dado la razón a quienes decían que esta no era una buena idea.
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