En febrero de 2021, cuando llevábamos cerca de un año de encierro involuntario por culpa de la COVID-19, una red social destacaba sobre el resto: Clubhouse. 

En esos días, cuando Clubhouse celebraba su inesperado éxito y alcanzaba 10 millones de descargas mensuales, las copias e imitaciones de parte de redes tan establecidas como Instagram y Twitter no se hicieron esperar. 

Para quienes no lo recuerdan, porque apenas suena en estos días, el atractivo de Clubhouse consistía en ser justo lo contrario de Instagram, TikTok y otras plataformas similares: solo audio, sin la superficialidad asociada a fotos y video que tanto abunda por ahí. 

En esos espacios de Clubhouse se podía participar sin necesidad de maquillarse o arreglarse demasiado: bastaba con estar dispuesto a escuchar y, ocasionalmente, a opinar, todo esto mientras hacíamos cualquier otra cosa. 

Hoy día, no suena Clubhouse, pero queda la evidencia de su breve reinado en la forma de los Spaces de Twitter, quizás la imitación más cercana y exitosa del producto original. 

De esos días inciertos de 2021 pasamos a la pospandemia de 2022, donde poco a poco abrazamos la normalidad que hasta 2020 dábamos por un hecho, y es así como ciertos hábitos han ido cambiando. 

En estos días, por ejemplo, ya no dependemos tanto de Netflix o de Amazon. Ahora preferimos ir al cine, salir a la tienda, socializar y disfrutar de nuestras respectivas ciudades. En el ámbito de redes sociales, se ha vuelto a la superficialidad de antes, o al menos eso cuentan sitios como Instagram y el prácticamente olvidado Clubhouse. 

¿Es tan así, realmente? Un fenómeno curioso se ha estado dando en estos días, y el mismo involucra a una red social francesa que no resulta tan conocida: BeReal.   

BeReal es una plataforma que busca combatir el tedio y la superficialidad típica de las redes sociales al invitar a sus usuarios a presentarse tal cual, sin arreglos ni adornos, al menos una vez al día. Aquí no hay competencias de glamur o vacaciones exóticas, sino que todo se resume en la cotidianidad que define a cada cual. 

En un mundo donde los influencers falsean sus contenidos para mantener las apariencias, BeReal es una propuesta fresca y diferente, y es por eso que ahora Instagram y TikTok se apresuran a copiar su esencia. 

Es indudable que hay similitudes entre lo que ocurre ahora con BeReal y lo que pasó en su momento con Clubhouse, aun si es a una escala considerablemente mejor. 

La gran pregunta: ¿perdurará este ataque de honestidad en las redes? ¿Están celebridades e influencers dispuestos a dejarse ver “al natural”? 

El concepto lleva tiempo imponiéndose, pero no de la manera orgánica que propone BeReal, pues aun en esos posteos de “realidad versus fantasía” que abundan en Instagram hay un toque de falsedad e hipocresía que se advierte con facilidad. Solo el tiempo dirá si esta es una moda pasajera más.