Aprendiendo a identificar fake news

31-07-2024
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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La desinformación y las fake news existen desde hace décadas, solo que entonces no se les conocía de esa manera y eran, quizás, menos manipuladas y más orgánicas.

Antaño se daba el fenómeno del amarillismo en prensa y también el del sensacionalismo. En ambos casos, por lo general, lo que caía en esas categorías hoy sería considerado parte de entramado de fake news que nos arropa.

¿Cuándo fue que las cosas se salieron de control? Cierto es que amarillismo y sensacionalismo hoy existen, pero ante la avalancha de desinformaciones y fake news tiende a confundirse con todo ese universo tóxico, aderezado por cuantiosas teorías de conspiración que se hacen pasar por noticias.

Con toda razón se señala a las redes sociales como responsables de este fenómeno hoy salido de control, pues suele ser por ahí que nos vemos expuestos a tanta mala información, a veces compartida de manera inocente, otra con intenciones bien definidas.

Aun cuando la evidencia indica que las redes sociales y la internet en general juegan un papel importante, al final del día somos nosotros, los consumidores de estos medios, los responsables de la diseminación y crecimiento infinito de la desinformación, las fake news y demás fenómenos asociados.

¿Qué hacer? En teoría, la solución es sencilla, no tanto así en la práctica, pues implica poner en práctica nuestro sentido común.

En esta época definida por la inmediatez de las cosas y el famoso FOMO (fear of missing out o miedo a perderse la gente de algo), el sentido común a menudo queda relegado a un enésimo plano a la hora de compartir lo que entendemos es el bombazo del año.

Este es el primer error. Ya sea por querer dar la primicia o por seguir al rebaño, muchas son las personas en todo el mundo que comparten noticias sin verificar entre sus contactos, convirtiéndose la acción en un eterno círculo vicioso.

Mala idea compartir sin verificar la veracidad o validez de eso que tanto nos llamó la atención, sobre todo en un momento en el que la inteligencia artificial puede generar noticias creíbles -no tanto así verdaderas-, imágenes y videos, entre muchas otras cosas.

Aprender a identificar noticias falsas y desinformación es tan sencillo como tomarnos el tiempo de consultar otras fuentes e investigar antes de compartir.

Es también leer la noticia completa y no sencillamente llevarnos del título, pues ocurre a menudo que los títulos están diseñados para enganchar y no cuentan la historia completa.

Cuando algo, sea una noticia, una foto, un video o un audio resulte demasiado impactante, sobre todo si circula insistentemente y sin fuente creíble atribuible, es mejor pausar y no compartir.

Aquí es donde entra el famoso sentido común, no en vano considerado el menos común de los sentidos.