Dentro del universo de las redes sociales, Twitter viene a ser algo así como el patito feo: la plataforma de menor crecimiento, la que menos monetiza y la que nunca progresa pese a los mejores esfuerzos de quienes la manejan. 

Aun con esos elementos en contra, Twitter ha sabido mantenerse en pie desde 2006, cuando fue fundada por Jack Dorsey, Biz Stone, Evan Williams y Noah Glass.

16 años después, sin embargo, el futuro de Twitter es de lo más incierto. 

De entrada, ya no está Jack Dorsey al mando. En diciembre pasado, éste anunció su salida, dejando las riendas al actual CEO de la compañía, Parag Agrawal. 

Para muchos, Dorsey es casi sinónimo de Twitter. En esa misma medida, sin embargo, no faltan quienes creen que él y su visión actuaron como freno al potencial desarrollo y crecimiento de Twitter, y es así como la presión por resultados terminó sacando a Dorsey de la ecuación.  

Este, sin embargo, no es el principal problema que enfrenta Twitter en la actualidad. 

De ser una plataforma ideada para el intercambio de ideas, Twitter se ha convertido en tierra de nadie, con ofensas e insultos a la orden del día. 

Paradójicamente, esta es una de las redes que más políticas ha implementado contra la desinformación y la figura del discurso de odio, pero el resultado ha sido quizás lo contrario a lo esperado. 

Twitter se ha ganado una fama de censura que ha alcanzado niveles casi de leyenda, y es esto lo que nos lleva a la coyuntura actual de incertidumbre por el lado de su permanencia en el tiempo. 

Desde hace semanas, no hay mención de Twitter sin Elon Musk, y la razón es sencilla: tras mucho insistir, la compañía aceptó la oferta de compra realizada por Musk -sin nadie pedírselo- a mediados de abril. 

Todo este involucramiento de Musk empezó a finales de marzo, cuando empezó a criticar el manejo de la plataforma en una serie de tuits que culminaron con una encuesta que preguntaba si hay o no hay libertad de expresión en Twitter. 70 por ciento de quienes respondieron dijo que NO. 

Se especulaba en ese entonces que Musk estaba por hacer una adquisición hostil de Twitter, y lo cierto es que la oferta no tardó en salir. ‘

Tras mucha tensión y resistencia por parte de Twitter, finalmente se le dio el sí a Musk el pasado 25 de abril, pero ahora, otra vez, está en veremos todo este asunto.

¿Qué pasó? El pasado viernes, Musk anunció que la compra estaba pausada a la espera de datos que avalen la afirmación de que los bots y cuentas de spam representan menos del 5 por ciento de la base monetizable.

Esta excusa convence a pocos, y hay quienes especulan que la verdadera razón de la pausa es que las acciones de Twitter no han hecho más que bajar después de todo este show. Coincidencia o no, Musk no ha descartado renegociar la oferta a un precio más bajo por acción. 

¿En qué parará esta historia? Solo queda esperar.