45 años del Jardín Botánico Nacional

13-08-2021
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
Compartir:
Compartir:

El 12 de agosto de 1976 se inició una nueva etapa en el desarrollo de la ciencia Botánica en nuestro país con la inauguración, hace 45 años, del Jardín Botánico Nacional, llamado Rafael Moscoso Puello en honor al gran botánico dominicano.

Las contribuciones de esta institución en ese tiempo son realmente definitorias en el desarrollo de la ciencia botánica por su aporte en la formación y entrenamiento de varias generaciones de jóvenes botánicos para el país. En su fundación estuvieron involucrados los más reconocidos e influyentes naturalistas del país, como Eugenio de Jesús Marcano, Julio Cicero, entre otros. También ha dado acogida a otros botánicos de bagaje internacional, como el Dr. Liogier y el Dr. Tomás Zanoni.

El JBN comienza una nueva etapa con nuevas autoridades después de muchos avatares, como es normal en un país pequeño donde los cambios políticos afectan mucho el desarrollo científico, y después de que la Covid- 19 también nos llevara a grandes colegas formados en la institución, como Brígido Peguero, quien llegó a ser director del Departamento de Botánica.

La misión del JBN es promover el estudio, conservación y difusión de la flora dominicana y hoy se puede ver un balance positivo en el trabajo llevado a cabo por varias administraciones. Esperamos que continúe así. Sobretodo en la investigación, en la que destacan la ejecución de proyectos como el de la evaluación y recopilación de la Lista Roja de especies amenazadas y en peligro de la República Dominicana.

También varios proyectos con el KEW Garden de Inglaterra y otros muchos que han dado frutos en otras publicaciones. El JBN fundó la primera revista científica especializada en temas de Botánica, Moscosoa.

Ha conseguido establecer un intercambio fructífero y duradero con otras instituciones hermanas en América Latina y el mundo y ha mantenido su prestigio internacional, recibiendo de manera constante a investigadores de todas partes del mundo interesados en nuestra flora.

Hoy día el JBN cumple su misión de conservación “ex situ” albergando y protegiendo una gran colección de plantas vivas tanto nativas como endémicas e introducidas con fines ornamentales, didácticos y de conservación también. El departamento de Horticultura es el encargado de esta labor y alcanza ya más de mil plantas cultivadas en diferentes áreas del jardín como es el área de endémicas, el arboretum, los varios pabellones de helechos, bromelias y todos sus jardines para el disfrute de la ingente cantidad de visitantes. Agradezco a su directora, Claritsa De Los Santos, por la información suministrada para este trabajo.

No toda la extensión del JBN está ajardinada y cultivada, sino que tiene una Reserva Natural donde las plantas crecen de manera silvestre como representación del ecosistema del que formaba parte el antiguo Polvorín, terreno sobre el cual se construyó y creó el Jardín. Esta reserva de flora silvestre cuenta, según el inventario realizado por la bióloga Nunila Ramírez, con 191 especies de plantas ubicadas en 157 géneros que a su vez pertenecen a 69 familias de la flora dominicana. Al conservar silvestre una parte de su territorio, el Jardín contribuye a la conservación “in situ” de las plantas del bosque de la capital.

Pero la joya del JBN es su herbario en el departamento de Botánica. Un herbario es un museo de plantas secas conservadas y montadas debidamente para poder seguir estudiándolas hasta por varios siglos después.

El herbario del jardín se llama Basset Maguire en honor al botánico estadounidense que mantuvo una amistad cercana con el profesor Marcano y el JBN desde su fundación.

El herbario cuenta con la tercera colección más grande de plantas del Caribe. Cerca de 140,000 especímenes, entre ellas la colección perteneciente al naturalista Miguel Canela Lázaro. La actual encargada del Herbario es Elizabeth Séptimo, a quien agradezco información para este artículo.

El Herbario es para el Jardín y para el país como el Archivo General de la Nación, pero de plantas secas conservadas como testimonio de la riqueza florística de nuestra isla, no solo de la República Dominicana.