La protección social en el laberinto político
El Gobierno debería ser más profesional en el manejo de los programas de “protección social” en vez de continuar alimentando la desconfianza de la población en la clase política.
El Gobierno debería ser más profesional en el manejo de los programas de “protección social” en vez de continuar alimentando la desconfianza de la población en la clase política.
El Gobierno tendrá que acompañar el aumento de impuestos con otras reformas importantes: ¿Cuál será el plan en el sector eléctrico? ¿Qué esfuerzos hará el Gobierno con el gasto público para eliminar instituciones, bajar la nómina y mejorar la eficiencia?
En el caso nuestro no se ve una crisis en el horizonte. Pero el Gobierno tendrá que tomar decisiones difíciles y que en muchos casos van en contra de la narrativa que asumió en la oposición.
El Gobierno dominicano enfrenta el reto de diseñar y ejecutar una reforma que cumpla con las expectativas y fortalezca la economía del país sin sacrificar el desarrollo social.
Reforma fiscal requerirá un esfuerzo concertado para enfrentar las distorsiones persistentes en el sector eléctrico, la informalidad y la evasión fiscal.
La informalidad, el sector eléctrico y el déficit fiscal están con nosotros desde hace décadas y no hemos parado de crecer y hasta de progresar. Si ha llegado la hora de enfrentarlos como problemas estructurales, requerirán cambios de profundo calado. ¿Está dispuesto el país a asumir el costo?
Todo parece indicar que en el país solo será viable una reforma tributaria de calado, relevante cuantitativa y cualitativamente, cuando se dé alguna de las otras dos condiciones que la hacen posible: I) una crisis macroeconómica; o II) un gobierno de mano dura (que por suerte no se vislumbra en el futuro cercano).
Una crisis macroeconómica sin dudas haría viable la firma (explícita o implícita) de un pacto fiscal. Pero, primero, la crisis debe llegar. En nuestras sociedades miopes, nadie asume sacrificios hoy para evitar un costo mayor mañana. Mientras tanto, sólo cabe esperar una reforma parche, es decir, un reparto de daños más o menos parejo entre quienes ya pagan. Eso sería caer en la trampa de una reforma tributaria insostenible, que se agotará en corto tiempo.
Luego de pasadas las elecciones, el presidente no esperó ni 24 horas para hablar de la necesidad de hacer reformas estructurales, especialmente en el orden fiscal, lo cual provocó que las alarmas se dispararan, como si hubiera tocado un botón de pánico. Ahora todos hablan de reforma tributaria, para bien o para mal.
Magín Díaz: Lo que queda claro es que la deuda no se encuentra en una trayectoria decreciente con estos niveles de déficit fiscal y una economía que crece a 5% en promedio.
2024: crecimiento económico mayor al 2023, inflación controlada, menores tasas de interés, volatilidad en tipo de cambios y reformas laboral, de pensiones, seguridad social y fiscal.
El gran reto es buscar un equilibrio de tasas de interés y de tipo de cambio que sea sostenible y que permita un crecimiento razonable de la economía dada la difícil coyuntura internacional.
«La inflación en nuestro país ha bajado de un pico de 10.5% en mayo de 2021 a 3.95% en julio pasado. Las medidas monetarias han surtido efecto para contener las presiones de precios. Pero ha tomado tiempo.» Magín Díaz
El reporte de Riesgos Globales 2023 del Foro Económico Mundial define la Policrisis como «un grupo de riesgos globales relacionados con efectos combinados, de modo que el impacto general excede la suma de cada parte.»
Se ha renovado el interés por figuras tributarias que habían desaparecido de la agenda; en concreto, la imposición sobre la riqueza personal -patrimonio o «grandes fortunas»- y por una tributación extraordinaria sobre determinados sectores.
Aunque la regla fiscal propuesta puede parecer atractiva en términos de disciplina fiscal, las preguntas y preocupaciones que plantea son demasiadas y cruciales.