«Todos somos mutantes»

19-04-2022

Recurrimos al color para caracterizar a nuestros semejantes. A esa pelirroja de piel muy clara, ese adolescente negro de pelo azabache, esa chica con manchas en la piel, ese bebé rubio de ojos azules… En torno a la piel, el pelo y los ojos orbita ‘Genes de colores’ (Next Door Publishers), obra del genetista Lluís Montoliu. Un libro lleno de curiosidades en el que este investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y el ilustrador Jesús Romero guían al lector por el arcoíris más humano, ese que nos hace diferentes, pero solo en apariencia.

«Las diferencias son anecdóticas. Son muy escandalosas –en cuanto a que cambian el color de nuestro pelo, de nuestra piel, de nuestros ojos–, pero en lo esencial somos más iguales de lo que estamos dispuestos a asumir», subraya Montoliu. Da lo mismo dónde hayamos nacido y el color de nuestra piel, ese que a lo largo de la Historia, y todavía hoy, ha servido para justificar todo tipo de atrocidades. «Las razas no existen», recalca el genetista catalán. Somos tan iguales que «cualquier ser humano se parece a cualquier otro en un 99,9 % de su genoma» y que la mayoría (85%) de ese 0,1% de diferencia se da entre individuos, no entre poblaciones. La consecuencia es antintuitiva. «Si comparas un nórdico con un africano y dos españoles entre sí, la intuición te lleva a creer que los primeros son más distintos entre sí que los segundos. Sin embargo, la realidad es que, de dos en dos, cualquiera de ellos son igual de distintos e igual de similares».