Turismo de masas
El turismo de masas implica viajes de grupos, generalmente organizados por entidades que operan en el sector turístico, planificados previamente. Esta modalidad se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX en el Reino Unido, introducida por Thomas Cook.
Sus inconvenientes:
Si no es bien conducido, el turismo de masas puede convertirse en un río desbordado que provoca impactos negativos sobre el entorno que se desarrolla, como éxodo de la población local, ruidos, congestión de los servicios públicos, encarecimiento de los alquileres, cierre de comercios tradicionales, etcétera.
El turismo conlleva consecuencias negativas, destacándose la alteración del paisaje y del ecosistema, pérdida del patrimonio natural y cultural, consumo intensivo de agua y energía, aumento de residuos, así como un crecimiento urbanístico poco planificado.
Los principales impactos ambientales negativos generados por el desarrollo de infraestructura turística son:
Modificación y destrucción del hábitat de flora y fauna terrestre y acuática, cambios de uso de suelo forestal, generación de residuos peligrosos, todos estos impactos han causado en muchos lugares, lo que se conoce cómo, turismofobia.
Se conoce deciudades con turismofobia, en la que sus habitantes han protestado masivamente contra el ingreso masivo de turistas a la ciudad. Estas son: Barcelona, España; Roma y Venecia, en Italia; Ámsterdam, Holanda, y Santorini, en Grecia.
¿Qué impactos ha ocasionado el turismo en masa?
Los impactos que ha ocasionado el turismo en masa y que sigue ocasionando van en detrimento del mantenimiento del planeta y de las poblaciones anfitrionas. No por nada, la OMT decidió darle vida e implementar el turismo sostenible con la idea de generar nuevas formas de viajar mucho más respetuosas y amigables en todos los sentidos.
Entre los choques que provoca el turismo de masas están:
1). Producción en serie de artículos no biodegradables.
2). Deterioro del Medio Ambiente en sentido general
3). Alteración espacios de la ciudad receptora
4). Aumento de la Criminalidad y consumo de sustancias prohibidas
5). Prostitución
6). Temporalidad
7). Aumentando los precios, productos y servicios.
Estas y otras dificultades igual de negativas ocurren por la falta de previsión de la autoridades de las ciudades receptores, haciendo colapsar con esto la capacidad de respuesta de los organismos de socorro y cualquier iniciativa tendente a mitigar los efectos de una estampida cuando las cosas se salen de control.
Un dato alexionador:
Un informe de Intermón Oxfam de 2007 sobre República Dominicana muestra que a mediados de los años 80 sus ingresos por turismo eran un 0% del PIB, pero en el 2000 era un 7.6%, lo que creó una dependencia del turismo.
A pesar de esto, su Índice de Desarrollo Humano (indicador que mide el nivel de vida de la población) retrocedió desde el puesto 87 al 98 en la relación de países similares al nuestro y que tienen en el turismo uno de sus principales objetivos.
Quisiera detenerme en una de las consecuencias negativas más importantes del modelo de Turismo de Masas. A la que se deberá poner más énfasis y sobre la que en el futuro inmediato se deberá trabajar en la construcción de una estrategia para mitigar los efectos negativos de este tipo de actividad.
Fricciones con la población local.
Participación masifica de jóvenes sedientos de alcohol y fiesta desenfrenada.
Si no se apuesta por nuevas formas de turismo, enfocadas más a la calidad turística, terminarán por «morir las ciudades, ahogadas en su éxito», por la baja calidad de las ofertas, la poca y casi escasa salubridad, controles nulos en los alojamientos, sin tomar en cuenta la más elemental de las reglas básicas para ser considerados como alojamientos aptos para recibir visitantes, tales como la calidad, seguridad, higiene y respeto por el entorno.
Una mala gestión de las ciudades trae un «nuevo modelo».
Una ‘nueva cara’ al paisaje
La masificación del turismo está empujando a la construcción de hoteles, complejos hoteleros y similares en áreas que se suponen le pertenecen a la naturaleza y a su fauna y flora. Por eso, no es raro ver que en los últimos tiempos se han disparado las jornadas de tala de árboles y readecuación de zonas verdes.
San José de Ocoa fue declarada provincia ecoturística, mediante la Ley 151-04 y puesta en marcha sus iniciativas a partir del año 2012 por sus condiciones climáticas, su biodiversidad y su ubicación geográfica muy estratégica que une a la región Sur con la región Norte.
Con lo anterior, suponemos que su actividad debió ser el ecoturismo bajo los lineamientos de lo que establece el marco legal que los regula y tomando en consideración lo que estableció hace mucho tiempo la Organización Mundial Del Turismo (OMT) para realizar una actividad sostenible y responsable con su entorno.
Lo cierto es que nuestra provincia y en el país estamos muy lejos de realizar esta actividad con la sostenibilidad que se está enarbolando. Quienes aún pretenden seguir el turismo de masas implementando en comunidades y ciudades, también pretenden siguir cometiendo serios daños al medio ambiente, alterando sus zonas de vida y comprometiendo a futuro los Recursos Naturales, ante la mirada indiferente de las autoridades.
Estamos perdiendo la oportunidad de tomar medidas para paliar la situación y de salvar algunas áreas que han sido sometidas por años a una «pisada» inmisericorde de visitas fuera de control. Se han permitiendo edificaciones en lugares donde nunca se debió construir por no existir una normativa que regule, controle y castigue dichas intervenciones. Hasta el momento, no se ven iniciativas y mucho menos planes de los gobiernos locales ni del sector privado en esa dirección.
Nos estamos quedando sin agua y la naturaleza perdiendo la capacidad de resiliencia debido a la degradación progresiva de sus recursos. El ecoturismo desarrollado así, es un sueño y nada más.