Miches en Madrid

18-01-2023
Hoteles, bares y restaurantes
Ojalá, República Dominicana
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Cuando era niña, mis vacaciones tenían un solo destino: Miches. Era un momento para visitar la casa de los abuelos (paternos y maternos), distribuirse entre familias, jugar con los primos y pasar largas horas en los muros, que no es más que con un conjunto de sacos de cemento que tuvieron que ponerse a la orilla del mar para evitar que este entrase al pueblo.

En ese tiempo, Miches era un pueblo casi fantasma, de difícil acceso y tan pequeño que para anunciar algo solo bastaba con comunicarlo por una bocina, la de Monchín, que se escuchaba en todo el pueblo.

Los años fueron pasando y Miches, municipio de la costa atlántica, se fue, por decirlo en lenguaje de redes sociales, viralizando. La gente lo fue descubriendo y hoy se exhibe como destino turístico en la feria de turismo más importante del mundo.

Y no es para menos, pues sin dudas y sin que me traicione la falta de objetividad, Miches posee las cualidades de un polo turístico atractivo para todo tipo de turistas. Turismo ecológico, excursiones en montañas, de sol y arena, aventuras y ríos.

De niña, ya lo escuchaba: algún día vendrá el desarrollo a Miches, y era como si dependiera de la llegada de turistas el hecho de que aquello ocurriera. Hoy, aparentemente, se avanza en esos esfuerzos.

Y, desde mi nostalgia, desde el amor que siento por ese pedazo de tierra que vio nacer a mis padres,  utilizo este espacio para, con un comentario un poco más personal, apoyar que esto ocurra, desear que esto suceda… y  advertir que es preciso procurar  que ocurra a la par del desarrollo humano. Que estas inversiones sirvan para mejorar la vida de la gente, que se avance también en mejorar la vida de los que viven donde queremos que vengan a vacacionar.

Después de todo… de eso se trata.