Carlos, el concejal retirado de IU que da de comer gratis a parados en su bar de Mojácar, Almería: «Les alegras la vida»

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En el bar Pública de Mojácar (Almería) nunca falta un plato de comida caliente para quien lo necesita. Carlos y Mónica regentan este negocio familiar desde hace algo más de 6 años. El mismo tiempo que llevan ofreciendo menús gratuitos para los vecinos desempleados que no pueden costearlo. “Esto es un negocio pequeño, pero damos lo que podemos”, cuenta a NIUS.

Carlos fue concejal con Izquierda Unida en este pueblo. Ahora, ya está retirado pero sigue siendo “coherente”, dice, con lo que piensa. Por eso, mantiene la fe en que es posible cambiar el mundo y, para ello, hay que dar ejemplo. “Es cuestión de solidaridad que cumplimos según nuestras posibilidades”, asegura.

Entre banderas republicanas, retratos del Ché y de Fidel Castro, este mensaje: “Estás en paro y no cobras ninguna prestación salarial, te invitamos a un plato de comida”, escrito a tiza sobre una pizarra, junto a la barra.

“Son vecinos a los que ves todos los días y notas que no están bien. Van tirando, pero para algunos el fin de mes es complicado”, se lamenta. Por eso, no falta nunca un plato de comida caliente en su negocio. “No les puedo dar un chuletón, pero sí lomo de cerdo, pollo empanado o patatas y le alegras la vida”, asegura.

Nadie se tiene que enterar: «Tráeme un tupper y ven en media hora»
A Carlos no le hace falta pedir nada para comprobar si el que llega pidiendo comida realmente lo necesita. “Aquí nos conocemos todos”, recuerda. Por eso, es importante la discreción y él la lleva a rajatabla. “No se tienen que sentar a comer aquí. Le digo tráeme un tupper y ven en media hora a buscarlo. Así nadie sabe ni va a saber en la vida”, asegura.

El dinero no le sobra. “El que monta un bar para hacerse rico, se equivoca. Esto da para comer todos los días y poco más”, señala. También él tiene queapretarse el cinturón, mes a mes. “Hemos pasado de pagar una factura de luzque no llegaba a los 200 euros, a 600”, se lamenta. Aún así, su iniciativa solidaria seguirá “mientras pueda”.

Este argentino de 66 años, que llegó a España hace más de 20, tiene claro que muchos granitos de arena mueven montañas.