Manifiesto de la Cebolla
No somos dulces al paladar, pero no necesitamos serlo. Estamos presentes inexorablemente en la comida tradicional dominicana. Somos alimento predilecto: proveemos proteínas, vitaminas, calcio, hierro y potasio.
En un locrio, en un moro, en habichuelas, en las carnes… la cebolla sirve hasta para poesía.
Tomando en cuenta esto, no nos explicamos cómo y por qué las autoridades propician importaciones de compañeras cebollas de otros lugares, allende los mares.
Sin desmeritar las propiedades que tengan las traídas de fuera, recordamos que, sin embargo, nosotras somos el sabor de la Patria.
¡Nos declaramos anti-imperialistas, anti-importaciones y anti-multinacionales!
De no obtemperar al llamado y detener de inmediato las importaciones, anunciamos que las compañeras seguirán pudriéndose en protesta.
Nos podrimos, además, de pena por ver a los nobles productores que nos sembraron hace 90 días, no pueden despachar el fruto de su trabajo. Es decir, a nosotras, ansiosas de estar en el plato de la familia dominicana.
Somos el sustento de miles de familias de Vallejuelo, Palenque, Nizao y otras tierras productivas de esta gran nación. Insistir en importar en momentos de cosecha, es no apostar ni creer ni defender a la Patria.
¡Basta ya!
Esta lucha llegará al Palacio Nacional.
¡Hasta la victoria, siempre!
Patria y Cebolla ¡Venceremos!
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Quienes habitamos la Comunidad Ojalá sabemos que somos diferentes y nos alegra serlo.
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