Líneas de Guerra: La Popicracia de Abinader (3 de 3)

27-12-2021
¡Te lo dije!
Ojalá, República Dominicana
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La gente que detenta el poder en RD tiene ventaja si al endoso manifiesto de los Estados Unidos, al soporte (solapado, pero firme) de la casta empresarial y al apoyo (por reflejo condicionado) de la clase media esnob, le suman el divorcio entre sus opositores: unos, asediados por el Ministerio Público (brazo político del gobierno) con la excusa de “la lucha contra la corrupción”; otros, buscando estructurar una organización que sustente el arraigo social de su líder; y algunos, esforzándose en recuperar el vigor de antaño.

Mientras cada quien da su particular batalla, Abinader ejecuta la agenda diseñada por sus auspiciadores y timonea una gestión coleccionista de pifias que deteriora de manera incremental la calidad de vida de la ciudadanía. 

Ante ese panorama, la oposición necesita dedicar el 2022 a configurar una concertación amplia e incluyente que catalice y metabolice el creciente descontento social que los medios de comunicación convencionales buscan invisibilizar.

De ninguna manera, este planteamiento está cimentado en un miedo cerval a la popularidad artificiosa de Abinader y el PRM o en que le considere un enemigo difícil de vencer; obedece más bien a la necesidad de neutralizar a tiempo la peligrosa capacidad de maniobra de los metapoderes que le aúpan.

No planteo una alianza de partidos limitada a acuerdos electorales, sino que el espectro político opositor se coloque a distancia infinita de Abinader y el PRM, construya una agenda común y sea contrapeso crítico de toda acción gubernamental.

Esa coalición opositora debe tomar las banderas de importantes reformas pendientes en el Congreso (Código Penal, Código de Trabajo, Régimen de Seguridad Social, Nuevo Código Electoral) y, paralelamente, ser capaz de diseñar, con la participación de la gente, un ambicioso programa de gobierno para recuperar el país, a más tardar en 2024, con candidaturas comunes en todos los niveles.

El liderazgo mayor de la oposición está obligado a deponer emociones, desistir de conveniencias tácticas e impulsar juntos un gran acuerdo como fiel expresión del sentido común que les ha caracterizado durante sus respectivas trayectorias.

Hasta el 16 de agosto de 2020 la República Dominicana vivió el período más venturoso de su historia, gracias precisamente a que ese liderazgo supo unir sus voluntades, siempre que las circunstancias así lo requirieron, verbigracia el pacto que viabilizó la Constitución de 2010 o el histórico acuerdo PRD-PLD que concretó el Gobierno Compartido de Unidad Nacional a partir de 2016.

Desde que el golpe del 16 de febrero de 2020 abriera las puertas del Palacio Nacional a Abinader, su  popicracia y al PRM, todos los logros alcanzados durante este siglo, sobre todo los grandes avances de nuestra nación conseguidos después del accidente histórico ocurrido entre 2000-2004, peligran. Los tres principales líderes de la oposición tienen en sus manos el futuro de todos.  Su reencuentro es lo mejor que nos puede pasar en el 2022.

Ojalá atiendan al llamado.