Líneas de Guerra: Iguales ante la ley

08-12-2021
¡Te lo dije!
Ojalá, República Dominicana
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El 25 de noviembre tiene una altísima relevancia histórica para la República Dominicana, pues en esa fecha se conmemora el aniversario del asesinato de las Hermanas Mirabal, que fue, indudablemente, el hecho que marcó el principio del fin de la dictadura de Trujillo. Pero además de crear un punto de inflexión en nuestra historia republicana, esta fecha fue declarada Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como un homenaje a la memoria de estas heroínas de la democracia y la libertad.

Resulta llamativo el hecho de que nuestro país haya sido epicentro de muchas de las conquistas de las mujeres alrededor del mundo: una dominicana, Minerva Bernardino, fue quien impulsó en las Naciones Unidas la instauración del voto femenino como parte de los derechos humanos y también fuimos el tercero en la región en establecer una ley de cuota de género para puestos electivos. 

Como podemos apreciar, políticamente, la República Dominicana ha estado siempre a la vanguardia cuando se trata de crear espacios de poder para las mujeres.  Sin embargo, cuando profundizamos en las cifras de inclusión social y de seguridad de nuestras mujeres nos damos cuenta que aún nos queda un largo trecho que recorrer a la hora de lograr que el respeto a su dignidad sea la norma en la vinculación social de las mujeres como portadoras de derechos fundamentales.

Según el Observatorio de Igualdad de Género de la Cepal somos el tercer país en América Latina con la mayor tasa de feminicidios por cada cien mil habitantes, el quinto cuando se analizan cifras absolutas de asesinatos de mujeres a manos de hombres durante el último año y el país con la más alta tasa de feminicidios íntimos, esto es, mujeres que son asesinadas por sus parejas.

Según datos de la Procuraduria General de la República, 35% de las dominicanas ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja, 26% reportó haber tenido al menos una experiencia de violencia física. Anualmente unas 200 mujeres son asesinadas y más de la mitad de estos asesinatos son cometidos por su pareja anterior o actual.

Estas cifras son preocupantes, pero repetirlas como un mantra no es suficiente para resolver este delicado problema, puesto que solo logramos con ello victimizar a las mujeres y escandalizar a una sociedad que lo que requiere es una creación de conciencia como fundamento para la instauración de una cultura de buen trato y respeto a la dignidad de nuestras mujeres.

Para ello toda la sociedad debe movilizarse en torno al propósito de erradicar el maltrato a la mujer como parte de la conducta del hombre latinoamericano. Lógicamente, esto debe ser el fruto de una siembra política en la cual el Estado haga su parte, con la creación de mayores oportunidades para las mujeres. También, que la sociedad asuma la responsabilidad de construir un modelo educativo y cultural que enseñe a nuestros niños y jóvenes a ver a la mujer como una compañera, en vez de una propiedad y, sobre todo, a saberla merecedora de un trato digno, respetuoso y equitativo.

Hombres y mujeres somos iguales ante la ley y como tal debemos reivindicar una sociedad en la que la violencia ejercida contra ellas sea cosa del pasado, porque solamente trabajando juntos podremos hacer prevalecer nuestra especie y proteger el planeta para que la humanidad pueda trascender en el tiempo con una vida digna, próspera y justa para todos y todas.