La fracasada quinta anexión

17-07-2022
¡Te lo dije!
Ojalá, República Dominicana
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El 31 de mayo del 1870, el presidente de los Estados Unidos, Ulises Grant, pidió al Senado aprobar la  anexión de la República Dominicana a su país.

Largo discurso. Grant ensalzaba las riquezas de Santo Domingo, su estratégica ubicación en el Caribe, su agricultura, etcétera.

La QUINTA ANEXIÓN estaba en marcha. Un monstruo: Buenaventura Báez, la alimentaba.

Apoyando al discurso del general Ulises Grant, CATORCE BUQUES DE GUERRA patrullaban las aguas de Santo Domingo y Haití, porque, como advirtió el senador Charles Sumner, a la anexión de Santo Domingo a los Estados Unidos seguiría la anexión de Haití.

Y mientras aquellos catorce barcos de guerra amenazaban a los opositores al proyecto de Báez y Grant, el pueblo dominicano se desangraba en la Guerra de los Seis Años.

Las tropas de Báez apresaban y fusilaban opositores. Gregorio Luperón, en el norte, y José María Cabral, en el sur, con la ayuda del gobierno haitiano, comandaban las fuerzas patrióticas contrarias al anexionismo.

Nuestra incapacidad para el autogobierno, nuestra pobreza y el miedo a Haití, eran los argumentos del traidor Buenaventura Báez para negociar la soberanía dominicana.

El 30 de junio de 1870 el Senado estadounidense rechazó el proyecto de Báez y Grant. El senador Charles Sumner encabezó la resistencia a la anexión:

“La resolución ante el Senado obliga al Congreso a participar en una sangrienta danza macabra… Báez es mantenido en el poder por el gobierno de Estados Unidos para que pueda traicionar a su país… Santo Domingo es el primero de un grupo predestinado a  la independencia en el Mar Caribe y hacia el cual nuestro deber es tan evidente como lo son los Diez Mandamientos…”, expresó Charles Sumner en el  discurso que le costaría su puesto en el Senado norteamericano.

El proyecto de anexión fue derrotado en dos ocasiones en el Senado de Estados Unidos, pero aún tomaría al pueblo dominicano casi cuatro años de lucha sangrienta para enterrar los afanes anexionistas de Báez y sus vende-patria.