Juan Morales, defensor
Juan Morales, defensor
de un río de la montaña,
se encontró con la guadaña
de un infame malhechor.
El río de las montañas
pierde caudal caribeño,
que para Juan era el sueño
que cargaba en sus pestañas.
Su sangre el suelo bebió,
la noche llevó su alma;
el río perdió la calma,
con furia se desbordó.
Pese a que lo ruin avanza,
los ruines no perseveran,
porque mueren los que esperan,
mas no muere la esperanza.
Llegará otro Juan Morales
más temprano aún, que tarde.
Porque habrá muerto la carne,
pero no sus ideales.
Espacio pagado
Quienes habitamos la Comunidad Ojalá sabemos que somos diferentes y nos alegra serlo.
Nuestros contenidos son útiles para comprender y mejorar la vida cotidiana. Están libres de publicidad. Los anima la curiosidad, el rigor y los financia la gente.
Únete. Participa. Haz un donativo.