«Una alarmante situación ha generado consternación en la población de Constanza, tras conocerse que más de 1,200 quintales de ajo fueron lanzados al vertedero municipal, a pesar de los elevados precios que este producto presenta actualmente en mercados y supermercados locales».

Así recoge un medio nacional la inquietante noticia que ha circulado en todas partes.

Me informan desde Constanza que ahí no está la cantidad total decomisada. Que una parte fue vendida y que hay dudas razonables del ingreso de los valores al erario público; razonan la posibilidad de reparto entre vivos. No lo afirmó ni lo niego; solo repito.

Me escribieron amigos interesados en que haga las siguientes preguntas: ¿a quién pertenecía el ajo decomisado? ¿Al Gobierno o a la empresa que recibió un préstamo de 325 millones del Bagrícola para adquirirlo? ¿Había sido comprado a ellos? ¿Qué pasará con la deuda por adquirirlo?

¿Qué se esconde detrás del decomiso? ¿Se incluyó la totalidad? ¿Se regaló o vendió parte del inventario? ¿Es el mismo que permaneció por años en cuartos fríos? La promesa de hacernos autosuficientes con producción de ajo nacional, pa’cuando? Prometieron lograrlo en dos años; van cinco.

Y la promesa de acabar con la mafia de las importaciones, ¿en qué va? Las importaciones se han duplicado, la producción local ha disminuido, pequeños y medianos productores desaparecieron… ¿quiénes han sido los beneficiarios de lo sucedido?

En la semana anterior, y teniendo en cuenta la celebración el día 15 del DÍA DEL AGRICULTOR, participé en varios programas, algunos de los entrevistadores, fuera del aire, al terminar la entrevista, me preguntaron: ¿no eres tremendista y exageras el malestar de la agropecuaria?

Expongo lo que se denuncia por los sectores perjudicados y sólo agrego preguntas: Me urge más información sobre esta denuncia.

La compañía citada recibió préstamos para comprar lo que deben. ¿Dónde fueron a parar los valores recibidos? Contestaron: ¡Esa es la pregunta del millón!

La compañía citada como deudora supuestamente le vendió la mercancía al Ministerio de Agricultura, otros dicen pignoraron la mercancía y por tanto les beneficiaron con los gastos de almacenamiento en cuartos fríos. ¿Cuál es la realidad? Quién debe ¿la compañía o el Ministerio?

Detalle de los préstamos otorgados por el BAGRICOLA, para comercializar ajo, comprado por la compañía citada por los denunciantes como deudora de la mercancía. No hay razones para las preocupaciones del sector.