Retos del sector agropecuario dominicano (1/2)
Los grandes retos de los sistemas agroalimentarios son producir bajo esquemas de sostenibilidad ambiental y a costos razonables los alimentos y materias primas de origen agropecuario, para una población y economía que está en constante crecimiento. La agropecuaria, además de ser rentable, tiene que serlo con perspectiva ambiental. En otras palabras, la rentabilidad sostenible es el criterio que prevalecerá para tener acceso a los mercados.
Se estima que para este año 2021 la población mundial es de cerca de 7 mil 800 millones de personas. Para el año 2050, la población se estima rondará los 9 mil 700 millones de personas, lo que representa un incremento poblacional de un 24% en un período de 29 años.
La República Dominicana, su sistema agroalimentario, está sometido a los mismos retos y desafíos que el resto del mundo, con algunas particularidades propias de los sistemas insulares y por nuestra ubicación en el Caribe.
Esos grandes retos a su vez, se ven potencializados ante la concurrencia de otros eventos, como son:
- El impacto del cambio climático.
- La escasez de recursos naturales.
- La proliferación de plagas y enfermedades.
- El desperdicio de alimentos.
Es por ello que toda la comunidad agropecuaria, que incluye las entidades oficiales de rectoría y fomento, las agencias de cooperación e investigaciones, a los productores y a los demás actores de la cadena global de valor, debemos aunar esfuerzos y voluntades para la implementación de estrategias tendentes a superar cualquier tipo de limitación u obstáculo.
Nos gustaría poder compartir con ustedes, brevemente, algunos aspectos que entendemos importantes y que marcan la tendencia del sector de cara a los próximos años.
Es importante que se entienda, que todas las acciones que entre todos formulemos, deben propiciar, entre otros no menos importantes, los siguientes resultados:
Mejorar el acceso a mercados y facilitar inversiones para productos amigables ambiental y socialmente, reduciendo los impactos negativos sobre los ecosistemas naturales y el clima global. (Se deberá analizar la demanda en volúmenes cada vez más importantes de biocombustibles en Europa y los Estados Unidos. Aunque se hace la salvedad de que ese uso no alimentario de bienes de origen agropecuario, también puede presionar la seguridad alimentaria).
Mejorar la eficiencia en el uso del suelo incrementando la productividad con mejores tecnologías y prácticas de manejo que aumenten la capacidad de resiliencia a fenómenos climáticos, a la vez que reduzcan las presiones sobre ecosistemas naturales y también propicien, en lo posible, desarrollo local (Hay que gestionar el debido consenso para la aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial y de Uso de Suelo que tiene más de cinco años en Congreso Nacional, el anteproyecto preparado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo).
Fortalecer subsectores y cadenas productivas involucrando criterios de sostenibilidad que resulten en mejores medios de vida para los productores locales, con menores impactos ambientales, más organizadas y más incluyentes (Hay que propiciar acciones tendentes a la reconfiguración y de fortalecimiento institucional de las agencias oficiales de rectoría y fomento agropecuario, de las organizaciones de productores agropecuarios, enfatizando el desarrollo de esquemas asociativos).
LOS GRANDES ASPECTOS QUE DIRECCIONAN EL FUTURO DE LOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS MUNDIALES SON:
1. Agricultura Sostenible o Climáticamente Inteligente
2. Agricultura de Precisión, TICs aplicada a la agricultura y robótica o automatización de los procesos para responder al reto de la reducción de mano de obra y aumento de la demanda… el desafío de la productividad.
3. Mejoramiento de semillas y genética para fortalecer resistencia a enfermedades y plagas.
4. Energía sustentable como negocio agropecuario… agua… sol… biomasa…
5. Enfoque exportador para ampliar las oportunidades de mercados
6. Agricultura vertical y la agricultura urbana
7. Producción bajo ambiente controlado
8. Mas valor vía procesamiento y más calidad
Agricultura sostenible o climáticamente inteligente
La agricultura climáticamente inteligente pretende mejorar la capacidad de los sistemas agrícolas para prestar apoyo a la seguridad alimentaria, e incorporar la necesidad de adaptación y las posibilidades de mitigación en las estrategias de desarrollo agrícola sostenible.
La agricultura climáticamente inteligente (CSA, por sus siglas en inglés) constituye un enfoque que aborda simultáneamente la seguridad alimentaria y el cambio climático, además de contribuir a mitigar los gases de efecto invernadero.
La CSA propone enfoques más integrados en relación con los desafíos fuertemente interrelacionados de la seguridad alimentaria, el desarrollo y el cambio climático, con el fin de ayudar a los países a determinar las opciones que les suponga un beneficio máximo y cuyas ventajas comparativas deban ponderarse.
La CSA reconoce que la materialización de las opciones dependerá del contexto y la capacidad de cada país, así como de su acceso a una información más completa, la armonización de las políticas, la coordinación de los acuerdos institucionales y la flexibilización de los incentivos y los mecanismos financieros. El concepto de CSA evoluciona permanentemente y no existe un planteamiento único que pueda utilizarse.
Agricultura de precisión, las Tics y la robótica en la agropecuaria
El concepto en que se basa la agricultura de precisión, es aplicar la cantidad adecuada de insumos en el lugar exacto y tiempo preciso. Es el uso de la tecnología de la información para adecuar el uso de suelos y cultivos a la variabilidad presente de los terrenos.
La agricultura de precisión involucra el uso de sistemas de posicionamiento global y el de otros medios electrónicos para obtener datos del cultivo. Las tecnologías de la agricultura de precisión permiten satisfacer una de las exigencias de la agricultura moderna: el manejo óptimo de grandes extensiones de terrenos.
El análisis de resultados de los ensayos se puede realizar por sectores diferentes dentro de un mismo lote y de esta manera ajustar el manejo diferencial dentro de los mismos.
En la agropecuaria, las TIC -Tecnologías de la Información y la Comunicación- ya forman parte de su cotidianidad. A diario, se utilizan estas tecnologías, ya sea en la agricultura de precisión, el Internet, el seguimiento de los mercados en línea.
A pesar de la brecha digital que persiste entre las zonas urbanas y rurales, los productores agropecuarios han ido incorporando masivamente los avances tecnológicos en sus actividades productivas.
Siembra, gestión del rebaño, presión de los neumáticos, sistema de autoguiado con GPS, RTK sobre maquinaria agrícola como tractores, fertilización, sala de ordeño, estabulación, entre otros.
Es decir, en casi todas las actividades agropecuarias, hay claras evidencias de la tecnología en la agropecuaria.
Además, de la misma manera que el agua, las semillas y los abonos, la información es un componente fundamental en la agricultura y las TIC desempeñan un papel importante al facilitar el acceso a la información.