Algo más de leche: conceptualizando un poco…
En los últimos meses, uno de los temas que más repercusión ha tenido en los medios de comunicación es el de la leche. Se habla de los aspectos referidos a la producción, procesamiento y comercialización. Y no hay que olvidar las famosas importaciones.
Desde mi óptica, el gran problema que tienen los productores dominicanos, en su mayoría, está vinculado a la fase de producción, básicamente en calidad de la leche, costos de producción y los rendimientos de litro de leche/vaca/día.
Hay que resaltar, también, que uno de los eslabones más débiles en la cadena de valor de la leche son los productores. Son muchos productores, ante un grupo reducido de procesadores.
Pero no es simplemente el reducido número de procesadores, sino que también existe la posibilidad de abastecerse en el exterior, con leche de igual o mayor calidad, con costos menores, en algunos casos.
Evidentemente que ante la ausencia o debilidades en un sistema de políticas públicas agropecuarios, especialmente el régimen de apoyos e incentivos orientados a superar los aspectos antes descritos, entonces, los actores de la cadena de valor de la leche, cada uno por su lado, como es lo lógico, quiere salir, o con el mayor beneficio ante el actual estado de cosas, o lo menos perjudicado.
Cuando se habla de cadena de valor, se concibe que todos los actores participan sobre la base de un beneficio económico en la fase o subproceso de creación de valor que le corresponde, es decir, desde los insumos iniciales, hasta que llega el producto final al consumidor.
Hay que señalar que esa cadena de valor será más o menos sostenible, cuando usen como referencia costos y precios competitivos a nivel internacional.
No es verdad que un procesador local se va a sentir a gusto comprando leche en el mercado nacional, con un sobreprecio significativo a los mercados internacionales. Eso es así porque sencillamente le quita competitividad. Eso es independientemente a lo que siempre se dice: que los productores extranjeros reciben subsidios de sus gobiernos.
Eso está muy bien por ellos… y muy mal por nosotros que no somos capaces de otorgarles a nuestros productores el apoyo que les permitan competir en las actuales circunstancias.
Si problemático es la gestión de la cadena de valor de la leche en un enfoque tradicional, es decir, donde los actores juegan un rol único en la cadena, el asunto se hace más complejo cuando se dan ciertos procesos de integración.
Esto es cuando un actor juega más de un rol en la cadena de valor. Un caso típico que se está dando con cierta frecuencia es cuando los productores primarios incursionan en la fase de procesamiento y posterior distribución.
Volviendo a la cadena de valor tradicional, la racionalidad sugiere que el procesador, para poder ser competitivo, siempre pretenderá tener costos razonablemente bajos en la adquisición de la materia prima principal: la leche.
Cuando se es productor de leche y procesador a la vez, en muchos casos, se pierde el sentido de perspectiva integral del negocio, en el sentido de que, el rol de productor primario de leche induce a que se le pague, o se le quiera pagar, a los productores de leche, un precio que en algunos casos está por encima de los precios del mercado, tanto a nivel nacional, regional, local, y ni hablar, a nivel internacional.
Entonces, en esos casos, la fase procesadora de leche, estaría incorporando unos costos de producción que sencillamente haría muy poco competitivo el producto final. Esa situación, a su vez, limitaría la generación de ingresos de la procesadora, lo que limitaría la capacidad de comprarles la leche a los productores.
El análisis es simple: si el negocio no se gestiona desde el punto de vista de la cadena de valor tradicional, fácilmente se pueden tomar decisiones que a primera vista pueden lucir populistas y desarrollistas, pero que en el mediano plazo, sencillamente son insostenibles.
Queríamos traer a la discusión y análisis este tema de la leche, pero se puede aplicar el mismo razonamiento a las cadenas de valor de los bienes agropecuarios más importante de la República Dominicana.
Para superar esos problemas, hay soluciones. Lo único que falta es saber buscarlas.