Un reconocimiento muy merecido
Antonio Thomen Acevedo (Toni, para amigos y familiares) es sin lugar a dudas el padre del ecologismo dominicano con argumentos científicos, institucionalizado, articulado a la población y con propuestas legales certeras, viables y patrióticas.
Estamos de acuerdo con la Academia de Ciencias, institución que lo exaltó esta semana con el Máximo reconocimiento que otorga esa entidad.
La lucha ecologista por el patrimonio natural de un territorio, país o nación tenía que ser la utopía última de todo buen patriota de la talla del Dr. Antonio Thomen en los años 70. Era el tiempo de la expansión de las multinacionales y del saqueo de los recursos naturales que hoy se mantiene y profundiza más que nunca.
Al Dr. Thomen tenemos que agradecer que Oviedo no fuera contaminado con los famosos lodos cloacales que querían pasar como abono en el gobierno del Dr. Jorge Blanco, y que la Región Enriquillo hoy sea Reserva de la Biosfera; así ha podido conservar sus atributos naturales y biodiversidad, lo que no hubiera sido posible si se llegan a depositar aquellos desechos tóxicos. Hoy esa región está igual de amenazada por el turismo de enclave que la entrega a un fideicomiso pecaminoso.
Al Dr. Thomen tenemos que agradecer el cuerpo de leyes ambientales que hoy tenemos. Él fue precursor, con su Ley 218 sobre los desechos tóxicos, que protegió no solo a Oviedo, sino a todo el país y sirvió de modelo para toda nuestra legislación moderna, aunque los gobiernos se hagan de la vista gorda.Ese bastión jurídico da hoy marco y fuerza legal para encausar nuestra lucha ambientalista. También fue asesor de la primera tesis en la Escuela de Derecho de la UASD sobre “El Delito Ecológico,” concepto fundamental para todos los aportes legales que siguieron.
También tenemos que agradecer al Dr. Thomen la creación de una de las primeras ONG ambientalistas, el Instituto de Bioconservación, una institución para ejecutar, promover y conseguir fondos para crear base social y escuela de pensamiento ecologista para sembrar para el futuro,ejemplo de cómo culminar un ciclo virtuoso.
Además de ser un patriota, ecologista y hacedor de leyes, es escritor e impresor también visionario, porque sin la publicación y divulgación, las ideas languidecen. En 2016 el Archivo General de la Nación publicó la recopilación de sus trabajos sobre ecologismo.
Además de padre de familia ejemplar, fue mentor de cuanto estudiante le quedara a tiro de discurso. Yo fui privilegiada al conocerle en los turbulentos 12 años del Balaguerato, pero esa primera conversación fue de música clásica española y de “una flor para Orlando” que me regaló de su jardín. También es el padre de una joven bióloga y ecóloga, Andrea Thomen, quien continúa su legado trabajando para el Grupo Jaragua en la Reserva de la Biosfera Bahoruco-Enriquillo.
Honor a quien honor merece. Gracias, Dr. Antonio Thomen,por ser una de las luces en nuestro camino.
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