Sana, sana, colita de rana
Como sacado de un cuadro de comedia, el Gobierno tomó la decisión administrativa de pedirles a artistas que por favor, porque no hay sentencia judicial alguna, devuelvan los 100 millones de pesos regalados la Navidad pasada. Si está dentro de sus posibilidades…
«Y créanme gente que, aunque hubo ruido, nadie salió. No hubo preguntas. No hubo curiosos. Nadie lloró», canta Rubén Blades en Pedro Navaja. Lo mismo pasa en el caso del Gabinete de Política Social.
Para tamaño escándalo, resultan pobres y cortos los escasos dos párrafos en los que la Dirección de Contrataciones Públicas trató de explicar que artistas debían devolver el dinero.
Con esto, pone el Gobierno de la justicia independiente una curita en el dedo para cubrir una herida que requiere siete puntos de sutura.
No hay sanción ni apresamiento ni destitución para el titular del Gabinete de Política Social, porque, claro, éste ya había sugerido que el dinero se entregó por voluntad del Presidente.
En recientes declaraciones, un alto funcionario, muy cercano al Presidente, se despachó con la hilarante declaración de que el Gobierno no somete a la justicia a funcionarios por respeto a independencia del Ministerio Público.
Meses antes, las páginas de las revistas comerciales recogían que el Estado se convertía en actor civil en caso «Antipulpo».
Para unos casos, sí y con saña. Para otros, no. La corrupción campante del Gobierno se resuelve con un «sana, sana, colita de rana. Si no sanas hoy, sanas mañana».
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