El 30 de abril del año pasado el gobierno anunció con mucha fanfarria la formación del Consejo de la Cuenca del río Nizao en una ambigua nota de prensa, con una foto sin los nombres de sus integrantes, como si esto no fuera importante.

Estos se encargarían de ejecutar una asignación de más de mil millones de pesos que tampoco se dijo si eran solo para la cuenca del Nizao o si incluiría las demás señaladas como prioritarias.

Luego, en mayo del mismo año, el Ministerio de Medioambiente anunció también la reforestación masiva (sin ofrecer números) en todo el sur con mangos y aguacates, cultivos que por su gran demanda de agua son muy afectados por las sequías del cambio climático.

En ese momento preguntamos: ¿Cuáles son las políticas ambientales del gobierno? ¿Cuáles son los planes de contingencia?

Esta semana fue firmado un “Acuerdo de Entendimiento para la Gestión y Ejecución de la Restauración de la Cuenca del Río Nizao», por el viceministro de Suelos y Aguas y el director ejecutivo de la UTEPDA, los mismos que el año pasado anunciaron siembras masivas de mangos y aguacates.

Más de un año después, es justo preguntarnos: ¿Debemos esperar que la UTEPDA, que no ha hecho más que propaganda por sembrar especies introducidas en medio país, pueda llevar a cabo la importante y compleja labor de restaurar la cuenca del Nizao?

Este acuerdo es un insulto a la inteligencia de los ambientalistas de este país y de todas las personas que se preocupan por nuestros recursos naturales y biodiversidad. Además, es una muestra de que las autoridades no se toman en serio la restauración de ecosistemas y de nuestras cuencas hidrográficas, tan maltratadas por la deforestación, los incendios intencionales y el cambio climático?