Liderazgo y pandemia
La geografía de contagios de un virus tiene su propia lógica de construcción, una dinámica que precisa de los propios seres humanos para existir como tal. No hay pandemia sin conductas y prácticas sociales condescendientes con la multiplicación del virus.
Pero, igualmente, el alcance de la pandemia también depende de las medidas y políticas implementadas por los gobiernos, siendo éstas las responsables de contener el curso natural de la pandemia y lograr la mitigación de sus efectos en cualquier sociedad.
Y las medidas y políticas de salud descansan, a su vez, en las organizaciones a cargo de la conducción de los procesos vinculados a la contención y mitigación.
Para que estas organizaciones ejerzan su función de manera eficaz y eficiente, el liderazgo debió trabajar anticipadamente un Plan de Contingencia ante la amenaza del coronavirus, que asumiera los escenarios posibles, como los casos importados, los conglomerados tan recordados en fiestas y bodas y la transmisión comunitaria que aún nos abate.
Habiendo establecido el objetivo general y los específicos, definido la estructura organizativa del Sector Salud al más alto nivel y a nivel provincial, se procedió a definir las Líneas Estratégicas y Acciones para la preparación de la Respuesta al Covid-19.
La línea estratégica principal de ese Plan de Contingencia elaborado lo constituía, precisamente, el Liderazgo, que como bien lo establece Ignacio López-Goñi en sus “Reflexiones desde la Ciencia”; se necesitan líderes con visión global, que prioricen lo colectivo sobre lo individual y cuya acción se base en tres pilares básicos: empatía, veracidad y conocimiento.
Pero el profesor López- Goñi nos lleva más lejos en sus puntualizaciones al señalar que “en momentos de crisis, el líder tiene que ser capaz de tender puentes, atraer la confianza y la cooperación, ser un elemento de consenso, unión e integración entre personas, grupos diferentes, sin imposiciones ideológicas. Sin generar crispación, desconfianza, distanciamientos y discrepancias. Un líder es de todos y para todos. La verdad siempre inspira confianza y ayuda a perseverar”.
Basten estas sabias observaciones del profesor López-Goñi para hacernos una idea de la relevancia del liderazgo en la conducción de situaciones como la que hoy vivimos. La palabra debe estar basada en verdad, en la transparencia no empañada, en la evidencia como base de la gestión, en la comunicación eficaz y permanente a la población y en la motivación y mejor trato a las “tropas” de primera línea de la salud.
El liderazgo en pandemia exige consagración, sacrificio, mente abierta y transparente, consenso y actitud cooperativa con la gente, no en el partidismo, el populismo o ventajismo político.
Lo que la gente quiere es progreso, desarrollo y una vida mejor para todos. Odio y virus solo conducen al fracaso general.
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