La Sierra de Bahoruco es de un valor incalculable. Con sólo el 3% de la superficie de la isla alberga el 29% de su flora. 38 de cada cien especies son endémicas, dos más que las 36 promedio de la Isla. De los 34 géneros endémicos de la flora dominicana, 12 son sólo del Bahoruco y al menos 53 especies son exclusivas sólo del Bahoruco.

Las plantas son la base de la trama de la vida en los ecosistemas y crean hábitats para los animales y demás seres vivos. Así que esta grandeza y particularidad de su flora trae consigo una gran biodiversidad de fauna porque evolucionan juntos.

Por todos esos valores han sido protegidas varias áreas en este sistema montañoso y se declaró la primera Reserva de Biosfera del país, la Bahoruco- Enriquillo, porque es una Ecoregión y toda está conectada.

Y eso es así para todas las montañas y áreas protegidas del país, por eso se organizó el Sistema Nacional de Áreas Protegidas: SINAP.

Lamentablemente, las autoridades de turno se llevan el galardón de “aprovechamiento“ de las áreas protegidas. Primero, otorgando permisos de explotación en el Bahoruco Oriental; luego, cancelando los encargados de áreas y técnicos de experiencia; concediendo permisos para “levantar madera quemada” en los bosques de Restauración; luego, un congresista confundió Los Haitises con una finca y quiso cambiar sus límites; después, a las Dunas de Baní les salió un dueño en Canadá quien, a pesar de un año de denuncias, ya ha construido una casa y alambrado hasta dentro del área protegida. Y el fraude mayor es la compañía que dice ser dueña del 70% del Parque Nacional Sierra de Bahoruco.

Los años electorales siempre son catastróficos para la naturaleza dominicana; se despiertan todos los merodeadores de la codicia, como los llamó Félix Servio Doucudray; pero en esta gestión la codicia ha durado la estación completa.