La marcha indeleble
Fluyeron como los ríos que defienden. Cuentan que el caudal de marchantes era tan intenso y recio como el aguacero que cayó ese día.
Multitudinaria y contundente. Así fue la caminata del pasado fin de semana en Monte Plata contra la presa de cola que pretende establecer la minera Barrick Gold en la provincia.
Miles desafiaron el temporal para rechazar la obra, que ya se ha dicho y ya se sabe, contaminará varios ríos, incluyendo el Ozama.
En Monte Plata ha emergido un fenómeno formidable, el pueblo ha cerrado sus manos para convertirlas en un solo puño de lucha medioambiental.
Como la de clase y la política, la consciencia medioambiental regularmente se adquiere mediante el estudio y comprensión del devenir histórico. Pero, a veces, surge de manera prístina, como aura reveladora que apodera a los ciudadanos de la verdad. En este caso, la consciencia sobre el oro.
Aunque fue inmensa, imposible de ignorar, para grandes medios tradicionales, simplemente no ocurrió. No mereció ni dos párrafos en la sección de los clasificados.
Lo dijo Neruda: ni cortando todas las flores detendrán la primavera. Mientras medios trataron de hacer de la marcha cosa invisible, a través de las redes sociales, el pueblo la hizo invencible, indeleble.
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