La desnudez como protesta
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El insólito acto de protesta de una señora frente al Palacio Nacional ha alarmado la opinión pública nacional con repercusiones en la prensa internacional.
No es común la falta de recato en la mujer, generalmente cuidadosa de exponer sus intimidades ante otros y menos públicamente. Y acaba de pasar frente a la Casa de Gobierno.
No tengo memoria de semejante escena en nuestro país.
Abandonar el pudor femenino a tal escala, como acto supremo de queja, es algo verdaderamente inusitado en este país. Y ante el altar del gobierno…
Y que semejante cosa tuviera como motivación una exigencia de derechos laborales, más insólito resulta el caso, sin que se haya oído algún pronunciamiento de los Ministerios de Trabajo o de Administración Pública.
Las quejas por incumplimiento del pago de las prestaciones laborales a millares de empleados públicos despedidos constituyen el día a día en todas las instituciones del Estado dominicano.
El derecho a despido llevado al grado del maltrato y la desconsideración.
Eso explica la desesperación de aquella mujer, pobre por demás, para desnudarse frente al Palacio Nacional ante los ojos atónitos de transeúntes y policías.
¿A cuántos asciende el total de despedidos por el Estado a la fecha y cuántos los afectados por el no pago de sus prestaciones de Ley, dentro de los cuales me sumo? En ocho años de servicio público, nunca tomé un solo día de vacaciones.
Si no me pagan mis derechos seis meses después de salir del Estado, qué duro ha de ser para Wendy Josefina Hernández y tantos más que esperan ver el respeto a sus derechos laborales y a las leyes.
La alteración del llamado Orden Público mediante el desnudo de una infeliz mujer debe llamar la atención de las autoridades nacionales… Más justicia, más bondad en el ejercicio del poder público. ¡Por favor!
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