El largo discurso de Rendición de Cuentas del presidente es una pieza de antología.

Un país esperando datos de cumplimiento de metas y promesas hechas hace tres años no merece que en síntesis nos digan que somos unos come pollos.

Porque si algo quedó en el imaginario popular es aquella metáfora nada poética del Pollo- Index.

Más de dos horas para tratar de vender que estamos cambiando, porque estamos mejor, sin embargo, la gente en la calle dice que estamos cambiando porque estamos peor.

No presidente, sus cifras mienten cuando se mira la realidad en salud, educación, comida, producción agropecuaria, seguridad ciudadana y salarios en relación al costo de la vida y el deterioro de los servicios básicos.

Estamos creciendo en deuda externa, desempleo, hambre, tarifa eléctrica y mortalidad infantil 

Si algo queda claro del discurso de Rendición de Cuentas es que parece que usted gobierna un país maravilloso y los dominicanos vivimos penúrias en otro muy lejano del suyo y su entorno.

Tiene usted tiempo de darse una vuelta por barrios y campos para que mida el Index de deterioro social y económico junto a la falta de esperanzas que su gobierno ha sembrado en todo el tejido social de este país, aunque usted desde su Tesla vea todo dorado, la cruda realidad de la gente es otra.