Los peores incendios forestales de Australia, en mayo pasado, afectaron el clima global y podrían haber contribuido al fenómeno meteorológico conocido como La Niña, que castiga a varias regiones del Planeta de diferentes maneras y que acaba de afectar por tres años consecutivos al Hemisferio Sur.

A la ola de incendios en la Cuenca del Mediterráneo, que en julio pasado dejó 50 muertos, la mayoría en Argelia, se sumaron 90 incendios en Grecia que calcinaron miles de hectáreas en tres islas.

Los incendios forestales también han devorado a gran velocidad miles de hectáreas en Portugal y España la pasada semana, en un verano de clima extremo con temperaturas que superan los 40 grados centígrados. A estos se suma el de la isla de Tenerife que amenaza ser tan trágico como el de Hawái.

Desde el primero de marzo de 2023, Canadá se convirtió en el infierno como ocurre en Australia desde 2019. Los 20,000 habitantes de Yellowknife, capital de los Territorios del Noroeste, están siendo
evacuados por la amenaza de uno de los 240 incendios que llegaría este fin de semana.

Una de las personas evacuadas dijo a una cadena pública que su auto empezó a derretirse cuando conducían entre las llamas para huir con su familia.

Para cerrar con agua la semana de catástrofes climáticas, la ciudad de Frankfort se inundó por una tormenta y recordamos que antes había tocado a otras ciudades en Alemania y Francia y que en NY también se inundó el metro, el año pasado.

Vaya listado de catástrofes climáticas en lo que va de año, todo por la avaricia de las oligarquías petroleras y la irresponsabilidad de gobiernos indolentes que dan la espalda a la ciencia y hasta encarcelan a sus científicos por defender sus Investigaciones. El clima extremo es la nueva realidad.
Ojalá y no sea irreversible.