El río Guayubín a merced de las granceras
Este río que nace en la loma de Los Chávez, en los Dajaos, Cordillera Central, recibe afluencias del Inaje y el Yaguajal, entre otros, y desemboca en el Yaque del Norte después de regar las tierras agrícolas de Monte Cristi.
Mucho se ha clamado por este río, por la sordera de las autoridades sobre el caso de la presa de Boca de los Ríos, que aún no se sabe cuándo terminarán ni si abastecerá de agua a las comunidades olvidadas de Santiago Rodríguez, por los defectos ya harto señalados en otras ocasiones por ambientalistas y comunitarios.
Esta vez, la agresión es al mismo lecho del río por la extracción brutal de arena que llevan a cabo las granceras que, al parecer, están por encima de la ley y de todo porque el año pasado un periodista fue agredido por denunciar la situación y ahora son los comunitarios los que enfrentan a las granceras.
Sin el agua del río Guayubín no se podrá llenar el embalse de la cacareada presa; sin el agua del Guayubin, el Yaque queda más maltrecho y se amenaza aún más la estabilidad de los humedales de la Bahía de Manzanillo ya en riesgo por otros conflictos como el ominoso muro fronterizo y por el canal del Masacre. Todo esto en medio de la amenaza del Niño, que viene desplazándose hacia el norte y está provocando temperaturas récords y fuegos imparables como los de Canadá, que han durado por un año completo, y los de Texas que duran por semanas.
¿Hasta cuándo continuaremos este viacrucis por nuestros ríos?
Y todo por la ambición de una oligarquía extractivista que explota y exporta la arena de nuestros ríos para su propio y único beneficio porque se creen los dueños del país.
Ángela Guerrero
Bióloga. Botánica. UASD.
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