Nueve de cada diez personas compra agua embotellada en RD, porque seis de cada diez tiene un servicio intermitente de agua en casa y barrios.

Recordamos este dato porque es el punto de partida de una cadena de problemas ambientales.

En julio 2018, nuestro país fue llamado “el zafacón del Caribe” por la gran crecida de plásticos que depositó el Ozama frente a nuestro malecón.

En 2019, Medioambiente, dijo producían 264 mil toneladas de plástico y se reciclaba menos del 8%. En 2020 según el BID, el país producía 88 mil toneladas cada año. No es que hayamos mejorado, sino que las estadísticas no son confiables.

Cada minuto se vende un millón de botellas plásticas en el mundo.

No sabemos cuánto es el porcentaje de botellas plásticas en los desechos urbanos del país, pero en México cada persona tira a la basura más de 7 kilogramos de botellas vacías, o sea que generan más de 780 mil toneladas anuales.

En 2015, según Marena, solo el 6% de los residuos era plástico, mientras el observatorio de políticas públicas y sociales dice 565.5 toneladas diarias. Más del 90% de los plásticos del mundo se producen a partir de combustibles fósiles y por eso el plástico ya es el 3.4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Cada botella plástica tarda unos 450 años en descomponerse. Si no está a la intemperie, pueden ser 1.000 años.

En Ojalá Medio Ambiente hemos tratado el tema de los plásticos y micro plásticos que al final es lo que resulta de su ruptura. Están en la atmósfera y por ende en nuestra comida. Se han encontrado en casi todos los animales y organismos en los más recónditos hábitats y ecosistemas del planeta. Están en la placenta y la leche materna.

Es decir, hemos envenenado nuestra casa con un montón de sustancias, pero los micro plásticos nos dicen muy claro hasta cuando nos va a durar el problema y el estado, el gobierno y el congreso no han hecho más que favorecer la industria del plástico local y a los grandes contaminadores y sus compañías locales. Basta ya de envenenar nuestra naturaleza! ¡Digamos no a los plásticos de un solo uso!

Ángela Guerrero
Bióloga. Botánica. UASD.