Diálogo de las reformas 2021 (1)

22-10-2021
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Leyendo el documento introductorio para la discusión planteada del Diálogo Nacional, me he quedado impresionado por la ligereza, la falta de información vital para hablar de reformas como se pretende. Sobre todo cuando se dice que el propósito de dicho documento es “plasmar de una forma sintetizada las líneas estratégicas generales que sentarían las bases de una reforma significativa…”.

Tanta pobreza para un tema de reformas tan serio, no puede pasar desapercibido para ninguna persona medianamente comprometida con los destinos del país.

Si este documento es introductorio, ¿cuándo se harán públicos los documentos ampliados sobre las reformas que el gobierno ha planteado a la sociedad dominicana?

Al menos en materia de salud y seguridad social, la flojera de los planteamientos es de alto calado y en no pocos casos corresponden a medidas a resolver vía  administrativa, más que cambios en el marco jurídico en sí.

Basten dos ejemplos. En el punto 2, Eje 2: “Reestructuración del esquema económico del sector salud”, no hay nada que indique mínimamente cuál es la propuesta de reforma del esquema económico del sector salud, sino, más bien, dos párrafos que proclaman la aspiración de dignificar al ciudadano a través de la seguridad social por un lado y por el otro decir, así de simple, que hay un sistema subsidiado y otro contributivo, como ya está contemplado en la Ley.

Como si eso fuera poco, en el punto 5, Eje 5: “Fortalecimiento de la Capacidad Gestora del MSP”, uno esperaba una propuesta sustantiva sobre la reforma que el gobierno entiende que mejorarían las capacidades administrativas del MSP. Pero lo único que allí se plantea es el traspaso de las compras del MSP al Programa de Medicamentos Esenciales y Central de Apoyo Logístico (PROMESE/CAL).

El gobierno parece entender que el tema central del MSP es administrativo y de sobrecarga de funciones como las compras. Nada más falso. Contrario a lo que se ha estado haciendo y diciendo, el sistema de salud dominicano precisa de una Rectoría potente, políticamente empoderada, que se haga cargo de la conducción estratégica, pero con capacidad de monitoreo, evaluación, inspección y sanción de los componentes cada vez más dispersos del sistema.