De espaldas a la ciencia

25-06-2022
Medioambiente | Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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El arroyo Parra es la única fuente de aprovisionamiento del acueducto de San José de Ocoa, construido en 1948 junto con una hidroeléctrica que también proveía la electricidad al municipio. En 1984, el caudal del arroyo se redujo al 50% en solo 38 años y hacía mucho ya no era suficiente para generar electricidad y tampoco para proveer agua a la población en constante crecimiento. Articulo publicado en la revista Moscosoa #3, de 1984, por Milciades Mejía, botánico ocoeño.

Después de largo viacrucis con gobiernos de turno, Ocoa fue conectada a la red nacional de electricidad y un nuevo acueducto fue construido. En esos ochenta, las ofrendas en las misas de las patronales eran arbolitos para reforestar, obra del  padre Luís Quinn, gran mentor y defensor de la naturaleza y de todos los ocoeños.

Pero duró poco la felicidad para los manieleros. Otra vez, volvió la escasez de agua al Maniel, y hace ya tiempo trasiegan camiones de agua y vídeos y artículos denuncian. Esta vez, la desforestación no es por conuquismo, ahora se llama secuestro de agua para regar aguacates de particulares. Lo mismo que ocurrió en Valle Nuevo,  Salto Grande de Estebanía, en Loma Botijo en Peravia. 

¿Cuánto le costó al Estado dominicano “resolver” el conflicto en Valle Nuevo? ¿Cuánto costará dar agua a la población y hacerle pozos tubulares a los aguacateros de Estebanía? ¿Cuánto costará dar agua a la población ocoeña, hasta que se inventen un nuevo acueducto para buscar el agua donde ya no hay?

 ¡De espaldas a la Ciencia! Así es que gestionan el país, las autoridades que miran hacia otro lado. Desde el 84 se sabía que no solo el Arroyo Parra debía ser protegido. Lo sabían el padre Luis, Milciades, los científicos, los ciudadanos conscientes que clamamos: paren la deforestación o mañana será tarde, aunque quizás, comeremos aguacates.

Ángela Guerrero
Bióloga. Botánica. UASD.