Octubre Urbano es el lema de ONU/Hábitat para promover un mejor futuro en las ciudades y el 04 de este mes es el Día Mundial del Hábitat, declarado por las Naciones Unidas en 1985, por un desarrollo sostenible en las urbes y aumentar el acceso de la población a una vivienda digna.

Para el 2030 el 60% de los humanos vivirá en ciudades. El 2021, aún en escenario pandémico y de cambio climático (fuegos, inundaciones) nos ha mostrado que la casa, además de digna, debe ser segura para sobrevivir en espacios urbanos.

Biodiversidad urbana es un término reciente, porque biodiversidad surgió en la cumbre de Río 92 con la firma del Convenio Internacional de la Diversidad Biológica. Por extensión surgió la combinación de las dos palabras a partir del 2000 para referirse propiamente a la biota o habitantes no humanos con los que compartimos las ciudades.

Para conocer esa biodiversidad hay que estudiarla y eso es lo que hacen los estudiantes de Biología de la UASD. A través de su asociación, ADEBIO, por medio de  los BioBlitz y en proyectos de clases en los que aprenden y ponen en práctica metodologías y conceptos.

La Escuela de Biología ha sido innovadora en la enseñanza de esa ciencia mediante proyectos en los que se mezclan la docencia y la investigación con sus estudiantes. Los resultados están ahí: tres tesis de grado en el parque Mirador Sur y otra en El Malecón de la ciudad. Muchos inventarios y otros pequeños proyectos presentados en congresos y jornadas científicas locales y dos simposios en los congresos internacionales del Mescyt.

La ciudad Capital tiene una normativa de arbolado urbano y muchas publicaciones sobre su flora y fauna. Lo único que falta es que sus autoridades se aboquen al llamado de la ONU para planificar un Santo Domingo más verde y sostenible que «acelere la acción urbana para un mundo libre de carbono» y no nos quedemos en el bla bla bla del que habla Greta Thunberg.