Algo más que basura
El vertedero de Duquesa—abierto hace más de 30 años—recibe más de 4,000 toneladas de desperdicios a diario. Dicen que es el más grande de América Latina y el quinto del mundo.
Cerca de mil personas, llamadas buzos, se ganan la vida allá. Recogen materiales recuperables creando una economía de varios millones de pesos de la que se benefician muchas empresas gracias a esos ciudadanos olvidados por la sociedad que viven en la basura y de la basura.
El Gobierno anunció el inicio de los trabajos para su clausura, con un plan de 110 millones de dólares financiado por el BID y las Agencias de Cooperación Española y de Japón y que, según dicen, convertirán Duquesa en un gran paraíso verde en cinco años.
Revisé literatura sobre la conversión de basureros en parques y no encontré uno que haya sido ejecutado tan rápido.
Lo prometen las autoridades que no han sido capaces de organizar ni una sola empresa de reciclaje y clasificación de residuos sólidos, ni de apoyar una sola de las iniciativas ciudadanas como la Fundación Océano Limpio en Puerto Plata con sus biobardas para que la basura no llegue al mar…
Las mismas que no escuchan ni apoyan a las organizaciones que defienden los ríos Isabela y Ozama, como Cambieso…
Las mismas que no han sido capaces de organizar ni una sola cooperativa con los que viven de recoger recuperables de la basura fuera y dentro del vertedero…
Las mismas autoridades que borraron de la nueva Ley de desechos sólidos la prohibición de los plásticos de un solo uso…
Las mismas que mutilaron la nueva Ley de ordenamiento territorial que también a la larga tiene que ver con los lugares donde se depositan y cómo deben disponerse los desechos…
Las mismas autoridades que no tienen transparencia en su gestión de los recursos naturales y los entregan en fideicomisos ominosos… ¿Por qué iba éste a ser un caso diferente?
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