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Ya son casi 33 días de resistencia. Bajo agua, sol, sereno, mentiras y manipulaciones, mujeres y hombres han resistido en la lucha. Que no es nueva, que va cargada de necesidad y justicia.

Acampan frente al Palacio de la Presidencia, pero están acompañadas por mujeres y hombres de todo el país y del mundo.

El mensaje es claro: ni el Estado, ni una parte de las iglesias van a seguir utilizando el Código Penal para someternos.

Sobre todo, si es ese Estado y parte de esas iglesias quienes también se hacen de la vista gorda ante la violencia, la falta de educación sexual y el acoso que desde niñas sufren muchas mujeres. 

Esto que escribo hoy es una reverencia, el agradecimiento profundo por el aguante y por la perseverancia. Un aplauso de pie por su lucha, que es la mía y que es por mí, por todas, incluso por aquellas que entienden que nunca necesitarán tener el poder de decisión sobre sus cuerpos, de decidir vivir.

Las 3 Causales no son una puerta abierta para el aborto libre. Las leyes están para regular y proteger a los ciudadanos y, entre un feto con malformación grave y que moriría en el vientre o poco después de nacer, la única con esa condición es la mujer. Algunos parecen olvidarlo.

Cuando peligre la vida de la mujer, cuando el embarazo no es viable o cuando haya violación o incesto, la decisión debe ser de la mujer.

Que no nos frenen las mentiras. El miedo y manipulaciones ya no nos detienen. Esta es una lucha de resistir para existir.

33 días por las 3 Causales. 33 días por ellas, por mí, por todas. Por las que ya no están, por las que permanecemos, por las que lo pueden necesitar.

De Rosario Espinal. 3 mentiras que propagan los opositores de las causales