Imágenes inolvidables
Todos guardamos en nuestros cerebros experiencias imborrables, hechos que de alguna manera nos marcaron en lo más profundo y se han quedado en algún rincón del subconsciente.
En nuestro caso conservamos muchos, algunos son como esas fotografías antiguas que sacamos del cajón y al verlas por enésima vez nos sacan la enésima sonrisa; otros en cambio son muy distintos, son de los que podríamos etiquetar de infelices.
Pese a sus diferencias, las experiencias buenas y las malas tienen en común que llegan a nuestro cerebro de manera inesperada, arrastradas regularmente por un acontecimiento reciente, como me pasó al ver el lunes el discurso con que el presidente del PRM, José Ignacio Paliza, intentó sensibilizar al país.
José Ignacio Paliza me hizo evocar la campaña electoral para las elecciones del 16 de mayo del año 2000 en las que el candidato por el Partido Revolucionario Dominicano era el ingeniero Hipólito Mejía, quien encabezó una marcha-caravana en Moca.
Un mocano tomó un manojo de hierbas y se lo mostraba desde el frente de la que se supone era su casa a los seguidores del candidato presidencial perredeísta. Todo transcurría como parte del folclor político hasta que se produjo un hecho insólito en una sociedad civilizada.
Cuando el candidato presidencial se acercaba al lugar donde estaba el hombre con el manojo de hierbas alguien identificado después como de la seguridad del candidato le dio un tiro a quemarropa a ese infeliz y siguió trotando como si lo que le hubiera dado hubiera sido una palmadita en un hombro.
Mataron a ese pobre hombre, y esa muerte quedó grabada y la vieron todos los interesados en las cosas políticas en ese momento.
Ahora bien, como simple ciudadano, para mí la peor parte de esta mala experiencia vino después, cuando a Hipólito Mejía se le pidió que identificara a ese miembro de su seguridad y respondió que ese era un trabajo de la policía, y él no era policía.
La muerte de ese infeliz y la IRRESPONSABILIDA con la que se comportó el señor Hipólito Mejía me marcaron de por vida.
Esa actuación irresponsable indicaba para el que viera con los ojos de la razón y no con los ojos de la pasión lo que sería el señor Hipólito Mejía desde la presidencia de la república. Por eso no resultó extraño para muchos la frecuencia con que salían en la prensa informaciones sobre asesinatos de ayudantes civiles del presidente durante su gestión gubernamental.
Y hay que decirlo, esa IRRESPONSABILIDAD contrasta con la RESPONSABILIDAD del PLD cuando en un forcejeo entre un señor y parte de una brigada que colocaba propaganda en un sector del Distrito Nacional en el año 1998 un peledeísta golpeó al señor con un martillo en la cabeza y el golpe le causó la muerte. El PLD hizo las investigaciones de lugar y puso al peledeísta a disposición de la justicia.
Con su discurso del lunes el señor Paliza trajo a mi memoria esas imágenes, sobre todo en la parte en la que pedía a los políticos vinculados al narco que «se entreguen». ¿Por qué? Porque es la parte en que se concentra la hipocresía de Paliza en su estado puro.
Paliza no es un simple dirigente del PRM, es su presidente, y ese partido controla el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas, la Cámara de Cuentas, la Junta Central Electoral, o sea todos los órganos del Estado y en consecuencia controla al Estado mismo, y quien controla el Estado lo controla todo.
De manera que si alguien está en condiciones de saber quiénes son los narcos metidos a políticos esos son el presidente de la república y el presidente del PRM, por la naturaleza de sus funciones y el nivel de las informaciones a que tienen acceso. Lo demás es pose y actuación de mal gusto.
25 de noviembre de 2025,
Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer