La abstención electoral en los pasados comicios se elevó a niveles inéditos, alcanzando el 46% del electorado total; muy superior al promedio histórico de entre 27 y 32%.

Esta vez solo votó el 54%, ligeramente menos que el 55% que lo hizo en el 2020, en medio de la pandemia. Este mayo no hubo pandemia y, sin embargo, la abstención fue la más alta de la historia democrática, después de dictador Rafael L. Trujillo.

La abstención del domingo fue similar a las municipales de febrero: el ausentismo fue entonces de un 47%, si se excluye, desde luego, a los empadronados fuera del país.

Esto plantea una seria reflexión en torno a los motivos sociopolíticos que generaron tamaño ausentismo.

La abstención presidencial en los últimos 62 años fue de la siguiente manera: 36% en 1962; 26% en 1966; 39% en 1970; 44% en 1974; 27% en 1978; 30% en 1982; 31% en 1986; 41% en 1990; 16% en 1994; 22% en la primera vuelta del 96′, y 24% en la segunda;

En el 2020, un 25%; en 2004, 28%; en 2008, subió a 29%; en 2012, alcanzó el 30%; en 2016, se remontó al 32%; en el 2020, un 45%. La excepción de hace cuatro años se prolongó y se hizo récord este año. (Estos datos salen de los «Resultados electorales nivel presidencial, 1962-2020«, el libro de Roberto Rodríguez Rodríguez)

Apunte: La abstención de 1974, un 44%, fue forzada por la represión del Estado balaguerista de entonces.